McEnroe es una de esas bandas que no se entiende como no tienen más reconocimiento mientras otros se lo llevan muerto. Es una lacra habitual, y no por ello justa, de la que ya estamos casi acostumbrados. Con diez años de carrera y tres discos a sus espaldas, los de Getxo vuelven a la carga con Las Orillas, predecesor de Mundo Marino y Tu Nunca Morirás, todos ellos con Subterfuge.
En el cuarto trabajo de McEnroe encontramos un pop rock tranquilo y sosegado, del que es fácil encandilarse con un par de canciones, como las que ya nos han presentado como singles: Villahermosa y La cara nordeste.
Pero una vez más, y posiblemente su mejor baza, estos chicos no hacen música para la galería ni se guían por las modas o corrientes que en ese momento estén en alza: “hacemos música para nosotros y a nosotros nos gusta mucho como ha quedado. Ojalá guste y venga gente a los conciertos”. Motivos hay más que de sobra y el tiempo tendrá que poner a McEnroe en el lugar donde se merece estar. Bien arriba.
“La palma…”