Revista Libros

Me acuerdo...(Capítulo Nueve-Segunda parte)

Por Amaya27
Me puse de pié y lo dejé allí, en eso llego Joanna que pareció darse cuenta de que algo no iba bien e inmediatamente aceleró el paso para venir hacia mí. Vimos al primo de Aurora pasar junto a nosotras.—No olvide lo que le he contado señorita Hawkins, no es bueno hacer sufrir a una persona de esa manera. — me dijo sonriendo.— ¿De qué está hablando Melanie?—De nada querida. Vámonos.Llegamos al sitio donde estaba Julian con Richard, ya las hurracas se habían ido.—Estaba empezando a preocuparme.—No tenías porque, estaba en buena compañía. —le dije como si no pasara nada.—Querida, estás pálida, ¿te sientes bien?—Me siento un poco cansada.— ¿Quieres que nos vayamos a casa?—Sí, la verdad es que me gustaría irme a casa. Miré a Richard y a Joanna — Discúlpenme, por favor.—No tienes nada de que disculparte, nosotros entendemos, solo espero que nos veamos nuevamente y que esto no suceda la próxima vez. —nos dijo Richard.—Sí, lady Stratford usted me parece una linda persona, quisiera poder verla nuevamente.—Claro que si, Joanna, tú también me pareces una persona estupenda. —La próxima semana, podríamos reunirnos, será una gran alegría para mí que nos podamos encontrar es mejores circunstancias.—Por supuesto Lady Stratford, nos encantaría, ¿No es así Richard?—Así es, Lady Stratford, estaremos encantados. Muchas gracias.—Gracias a ustedes, fue muy agradable estar en su casa.Nos despedimos de todos y nos subimos al coche para ir a casa. No teníamos mucho de haber salido de la casa de los Knight, íbamos sentados uno frente al otro, cuando en un momento  Julian me tomó del brazo y me halo hacia él.—No me aguanto más, han pasado días sin hacerte el amor….Te deseo ahora. — Me colocó donde él estaba sentado y se arrodillo, comenzó a subirme la falda del vestido con rapidez, sus manos subían suavemente por mis piernas mientras me miraba.—Quiero ver tu rostro todo el tiempo mientras hago esto……—tocó mis rizos húmedos, con el pulgar frotaba mi clítoris mientras introducía otro dedo en mí, haciéndome volar hacia el mismísimo cielo, yo estaba tan preparada para él, solo quería que me penetrara, pero él no lo hizo. Por el contrario inclino su rostro hacia donde había estado acariciándome y comenzó a lamerme, introducía su lengua muy profundo, mordía mi clítoris y luego lo lamía para aliviar el escozor. Me abrió más y dio uno tras otro lengüetazo, estuvo así un largo rato, torturándome hasta que sentí que ya no podía más.—No puedo saciarme de ti…..me fascina tu sabor. Mis caderas se alzaban mostrando mi deseo, no tuvo compasión  y aunque yo agarraba su cabeza para separarlo de mí, el aumento las arremetidas de su lengua hasta que yo estallé en un orgasmo perfecto, seguía lamiéndome y tomando todo lo que yo le daba, alzaba la cabeza para mirarme mientras yo temblaba por la intensidad de lo que había sucedido. Luego se levantó y de una sola embestida me penetró, sentí su miembro entrar y estirarme, sus empujes eran fuertes, rápidos, podía ver la urgencia que tenía y casi enseguida lanzó un grito y se estremeció de placer. —cambió de posición se sentó a mi lado y me abrazó, nuestros cuerpos temblaban mientras nos mirábamos con amor.Al poco tiempo el coche fue disminuyendo la velocidad y supimos que habíamos llegado a casa, afortunadamente había tenido tiempo de arreglarme un poco antes de llegar, salimos del carruaje y nos dirigimos a la puerta donde estaba un lacayo esperándonos, allí tomó nuestros abrigos y nosotros subimos las escaleras.— ¿Qué te sucede? —me preguntó preocupado.— ¿Porqué lo preguntas?—Te vi salir de la casa de lo Knight, preocupada. Cuando hicimos el amor, te entregaste por completo a mí, pero después nuevamente estuviste callada.—No es nada.— ¿Estás segura? No quiero que te preocupes por nada.—Estoy segura—le dije dándole un beso en la mejilla.—Bien, entonces, que descanses mi amor—Julian, espera—Quiero que siempre recuerdes que te amo.—Melanie, solo dime que es lo que sucede.—No es nada, solo quería que lo supieras.Me miró como si no creyera nada de lo que decía pero aún así, no insistió.—Buenas noches—me dio un largo beso en los labios. —Yo también te amo.Entré a mi habitación y cerré la puerta tras de mí, me quedé pensando allí de pié en todo lo que me había dicho el primo de Aurora. No podía creer que Melanie, le hubiera hecho eso a Julian. Tenía que descubrir quién era ella realmente, así que subí al ático donde habían cosas de ella en un baúl y me dispuse a buscar algo que me diera pistas.Había papeles, vestidos, un cofre con cartas de su amiga y cartas de alguien que firmaba “A”, cuando empecé a leer las cartas, no había duda de que el hombre le declaraba su amor y había cartas de su mejor amiga donde le decía lo infeliz que era en su matrimonio. Pero no había nada que la inculpara, nada que dijera que tenía un romance con ese hombre.Me quedé allí un buen rato y luego bajé a mi habitación, estaba muy cansada y necesitaba dormir para pensar cómo ayudar a Julian.Mi sueño fue muy intranquilo, veía formas y figuras que no conocía, luego me vi atravesando un bosque y encontrándome con un hombre en un claro de ese bosque, el hombre estaba de espaldas y yo solo le decía “ya estoy aquí, que bueno que me esperaste” , cuando el hombre volteaba yo no alcanzaba a verle el rostro, pero luego me veía tirada en el piso, cubierta de barro y un hombre encima de mí, apretando mi cuello, sentí como morí en ese momento y solo pensaba en mi esposo y en mi hijo, en lo duro que iba a ser para él,  perderme. Me desperté sobresaltada y llorando, me estaba ahogando, necesitaba aire.Dios, yo era Melanie, era la esposa de Julian, todo era tan confuso, pero tenía la plena certeza de que la Melanie que había vivido en esta casa era yo. Me levanté como pude e intenté llegar a la puerta, no vi la alta figura que se escondía detrás de las cortinas y que en ese momento, puso su mano en mi boca.—No tengas miedo, querida.Esa voz, yo la conocía, ¿pero de donde? —Puso un pañuelo en mi boca y me desvanecí, lo último que vi, fue una cara borrosa que se reía.a mi lado, acariciando mi cabello, traté de enfocar la mirada, pero no podía, estaba mareada. Aún así, como pude lancé un puño al aire y le di a algo, que en ese momento gritó. Aproveché para salir corriendo pero todo estaba tan borroso, vi algo que parecía una puerta abierta y me corrí hacia ella, pero una mano me haló fuerte por el cabello y me apretó fuerte,—era el hombre que estaba en mi habitación y pude sentir su excitación, con un rápido movimiento , me tiró en la cama con su mano aún puesta en mi boca y me tocó por todas partes, rasgó mi vestido y me mordió en los pechos, luego bajó a mi abdomen cerca de mi ombligo y también allí me mordió hasta sacarme sangre. Se detuvo y se comenzó a bajar los pantalones, momento que yo aproveché para gritar con toda mi alma.—Cállate maldita mujer— se lanzó sobre mí y acercó su rostro, fue cuando pude ver el rostro de Ashford, que me miraba con ojos de locura.— ¿Sorprendida? —No lo creo. —Tu jueguito terminó, ¿crees que íba a creerme que eras la señorita Hawkins, una amiga de Lord Stratford? —No sé como hizo el desgraciado, pedante de tu marido para hacerte volver de la tumba, pero tú no me vas a dañar los planes, contándole que fui yo quien te mató. Porque tú estabas muerta, yo mismo me aseguré de ello y luego te enterré varios metros bajo tierra, no había forma de que estuvieras viva.— ¿Por qué? —solo eso pude decir, las lagrimas no me dejaban hablar.— ¿Como que por qué? —Tú marido y su hermosa familia me tenían harto, lo único que hacía era vanagloriarse de la estupenda mujer que tenía. Siempre quise hacerle daño, donde más le doliera, cuando te conocí y supe que eras la mejor amiga de Rachel, decidí aprovechar mi amorío con ella, para llegar a ti. Luego todo fue muy fácil, te envié esa nota diciéndote que necesitaba verte, que el marido de Rachel nos había descubierto y tú simplemente creíste todo y viniste a encontrarte conmigo. Fui yo, quien le dijo a tu amiga que te diera las cartas a ti, para que las guardaras, sabía que esa sería la prueba de que tú y yo, teníamos algo. Julian aceptó muy rápido que eras una golfa y te acostabas conmigo. Para ser un hombre tan devoto de su esposa, aceptó muy tranquilo tú traición. Pero cuando te vi en esa heladería en Bath, no podía creer lo que veía hasta que hable contigo y noté que no me recordabas. Entonces decidí seguirte muy de cerca hasta encontrar mi oportunidad. Ahora ya no tengo que preocuparme más, aquí nadie te salvará de la muerte, será exactamente como la primera vez.—No lo creo Ashford. — quita tus malditas manos de mi mujer.Era Julian y tenía en sus manos un arma, apuntándole al loco de Ashford, en el momento en que lo vi, sentí un alivio muy fuerte, no quería morir, no quería dejar a mi esposo y a mi hijo nuevamente.—Julian, mi amor.En el momento en el que hablé, Ashford aprovechó para lanzarse sobre Julian y tratar de quitarle el arma. Forcejearon, Ashford le dio un golpe a julian en la sien y el arma cayó al piso, pero con una rapidez impresionante se levantó y le devolvió el golpe a Ashford, este cayó y aprovechó eso para tomar el arme del piso, luego le apuntó a Julian, pero yo adiviné su movimiento y me metí entre los dos, no podía dejar que lo mataran, el era mi amor, mi todo, no podía seguir viva sin él.Sentí un dolor punzante en mi pecho y luego todo se volvió negro, solo alcancé a oír un grito desgarrador.Me desperté en algún momento y vi el rostro de Julian muy cerca al mío, creí ver lágrimas en sus ojos, pero no estaba segura, todo estaba muy borroso de nuevo.—Melanie, mi amor no me dejes.—Julian? —por favor, cuida a Lucien. —Mis pensamientos en ese momento estaban dirigidos a mi hijo, mi bebé, no quería morir, pero sentía como la vida escapaba de mis manos.—Está muy débil, hay que llevarla inmediatamente a la casa del doctor, su casa está más cerca de aquí, que la tuya. No podemos perder tiempo.—Yo conocía esa voz, pero no la ubicaba.—Sí, el carruaje está a la vuelta, vamos.Sentí que era levantada en brazos, pero el dolor era enorme y no pude resistir, comencé a llorar y a suplicar que me dejaran allí que no me tocaran.—No puedo hacer eso, mi vida. Siento mucho lastimarte, pero voy a hacer lo que sea con tal de que te quedes conmigo. —Por favor Melanie, resiste.—No quiero morir, quiero estar contigo, —le decía entre el llanto y el dolor.—No vas a morir, vas a estar bien, todo esto va a ser pronto un mal recuerdo.— ¿Vas a estar conmigo todo el tiempo? ¿No me vas a dejar sola?—Nunca te dejare Melanie, nuestro amor es para siempre.—Si…..para siempre…. —y entonces caí en un sueño profundo.Un sueño donde veía al amigo de Julian, el escocés. Me decía que no me diera por vencida, decía unas palabras que no entendía, como un rezo, pero yo solo veía una hermosa luz que me llamaba y entonces sentí una manos que me halaban hacia el otro lado, cuando voltee, era el escocés quien me agarraba del brazo, me decía que todavía no era mi tiempo, sonaban cánticos hermosos en ese momento, eran cánticos celtas. El estaba vestido con una túnica muy antigua y tenía una especie de tatuaje grabado en la frente y en los brazos. —Tienes que volver, me dijo David—Tu esposo te espera, el ha hecho mucho por ti, por volverte a ver. —me sonrió y en ese momento su rostro comenzó a cambiar, a envejecer y ya no era el amigo de Julian sino….el anciano que me dio el camafeo en el parque.Me desperté con dolor de cabeza y la sensación de alguien a mi lado que tocaba mi mano, traté de ver quién era, pero todavía veía borroso.

Volver a la Portada de Logo Paperblog