Posted on 28 noviembre, 2011 by juanmartorano Carola Chávez
Osea, llegó el comunismo. Miren que Maricori nos avisó, y nadie, osea, nadie, salió huyendo en una balsa para Mayami como se debe hacer en estos casos, y ahora nos quedamos atrapados aquí porque llegó diciembre y todos los vuelos a todos los lugares nice, y no tan nice, están full, osea, y ya no hay cupo ni para huir a Margarita. Osea…
Así, atrapada, no me queda otra que encerrarme en el baño y llorar abrazada a mi shampoo, el último que compré en la libertad del capitalismo; carísimo, y subiendo cada vez más, osea, como debe ser, porque mi pelo lo merece.
Y entre lágrimas descubro el rollo de papel toilet que, como el shampoo, me grita freedom! Entonces comprendo, osea, comprendo que nada nunca será igual. Todos los productos para el cuidado personal, osea, para bañarme y ser bella como las American Top Models, están en manos del comunismo, osea, que de ahora en adelante voy a ser hurribli y, júralo, que segurito voy a oler súper piu…
Osea, ¿tu crees que a los comunistas les importa el pelo? Si todos lo tienen chicharrón, osea, y se quieren vengar de mi, que tengo acceso al pelo liso, osea, porque puedo ir a una peluquería… Eso es puro resentimiento, porque así son: en el comunismo todos tienen que tener el pelo chicharrón y por eso congelaron mi shampoo.
Ahora yo me pregunto, osea, porque la gente pensante de este país pregunta cosas y por eso somos pensantes: ¿Cómo van a hacer las pobres empresas para sobrevivir a este atropello a su libertad de ganancias? ¿Cómo van a hacer los millonarios para poder seguir siendo, osea, super rich? y lo peor de todo, ¿Cómo vamos a hacer los que queremos ser millonarios un día si los que ya son millonarios están pelando por culpa del comunismo?
Osea, que el comunismo nos quita las ganas de trabajar, osea, aunque yo no trabajo, pero imagínate tú el caso de la señora que limpia mi casa: ella trabaja para ser millonaria un día, y compra shampoo para que se le alise el pelo chicharrón, osea, capitalismo popular, felicidad total… ¡A esa señora el comunismo le está robando sus sueños! ¿Acaso alguien va a querer trabajar así? ¿para qué? Osea…
Por eso yo creo que somos un país de gente floja y con mal gusto, osea, porque yo no veo al gentío en la calle protestando por su derecho al shampoo carísimo… Este es un pueblo, como dice Maricori, arrodillado que se conforma con perniles, pollos, carne, computadorsitas cuchis, teléfonos con nombres hurriblis, y cosas de esas baratas o regaladas típicas del comunismo.
Por andar con la boca llena de pernil de navidad, no alzan la voz para reclamar sus derechos, osea, bozal de pernil. Es que esa gente no sabe pero vota, osea, piensa con la barriga y no con la cabeza que es donde está el pelo que necesita shampoo, osea…
carolachavez.wordpress.com