Revista Libros
Ya he contado en más de una ocasión, que algunas veces me gusta ir a la biblioteca sin listas ni ideas preconcebidas y dejar que un libro me escoja a mí en vez de yo a él. Me paseo por las estanterías y dejo que el azar me haga coger un libro en vez de otro, un título sugerente, una portada atractiva, un autor desconocido, o simplemente un libro dejado fuera de las estanterías pueden ser motivo suficiente para llamar mi atención y llevármelo a casa. Con este método he conocido a autores realmente interesantes, y libros quizá poco conocidos pero que realmente valen la pena. Por supuesto, el método me lleva a veces a estrepitosos fracasos, y ha habido libros que he tenido que dejar, pero en general suele ser un acierto. Podéis imaginar que con esta sugerente portada, un título tan evocador como "Me convertiré en momia" y que el autor, Masahijo Shimada, fuera un japonés desconocido hasta el momento para mí, este libro tenía todas las papeletas para venirse a casa conmigo. Una vez más he de decir que ha sido un acierto, y que dejarse llevar por primeras impresiones, por lo menos en mi caso y en lo que a literatura se refiere, funciona. Se trata de un librito de apenas 120 páginas, que contiene cuatro relatos originales e inquietantes. Los dos primeros han sido los que más me han gustado, los dos últimos, se me han hecho un poco más pesados, aunque en ambos casos, sus sorprendentes finales me han hecho replantearme esa opinión inicial, y han terminado por gustarme mucho también. Los cuentos son:
- Me convertiré en momia: en Japón hay una disciplina denominada miira (traducido aquí como momia) por la que una persona se automomifica tras una durísima disciplina budista que consiste en dejar de comer y beber, posteriormente, esas momias se convierten en objeto de culto. En el relato encuentran una de estas momias en una cabaña aislada, no saben quién es, pero hallan junto a su cuerpo un diario en el que esa persona apuntó paso por paso el proceso que siguió para suicidarse de ese modo. El autor indica al final del relato que dedica este a las personas que hacen huelga de hambre, a los que ayunan y a los anoréxicos. La verdad es que es una historia impactante, en la que llegamos a sentir la angustia y los terribles efectos secundarios que sufre una persona que deja de comer. Leyendo este primer relato llegué a pensar que el autor está un poco mal de la cabeza y que ha debido sufrir anorexia, ya que conoce demasiado bien los síntomas que se dan al dejar de comer. Aún así, no diréis que es un argumento poco original. la historia está contada en forma de diario, como si realmente leyésemos el testimonio de esa persona que decidió automomificarse. Es realmente escalofriante y a la vez increíblemente buena esta primera historia.
- Adolescencia anoréxica: y seguimos con el tema, más motivos para pensar que el autor sufre trastornos alimenticios. En esta ocasión el protagonista es un adolescente que no come nada, su familia está muy preocupada por él, quien asegura que no lo hace por ningún motivo en concreto, simplemente no tiene hambre. Lo mejor de esta historia es su final, que no contaré, tan sólo diré que es un final muy gracioso y que rompió con mi idea inicial del autor.
- El discípulo: un joven japonés con problemas mentales se traslada a Francia para ser tratado por un judío que hace un poco de todo: ayuda a los exiliados que se instalan por primera vez en el país, educa al joven y en teoría trata su enfermedad mental. El protagonista se siente fascinado por este hombre, al que su condición de judío y víctima de las persecuciones nazis, la impiden ser otra cosa que lo que es. Un relato un poco lento pero que me dejó con la boca abierta por su inesperado final, en el que nada es lo que parecía ser en un principio.
- El delfín del desierto: un ángel caído desde hace años y ya totalmente adaptado a la vida en la tierra da lecciones de supervivencia a otro ángel que ha caído recientemente. Sus reflexiones acerca del mundo son bastante interesantes, pero lo que más me ha cautivado ha sido la fuerte denuncia que el autor hace en labios de su protagonista de la matanza de delfines que llevan a cabo sistemáticamente los japoneses.
Como veis no son relatos al uso, todos ellos tratan temas peculiares bajo enfoques poco habituales. El autor, Masahiko Shimada, nacido en 1961, es uno de los escritores más destacados de las nuevas generaciones de literatos japoneses. Escribe poesía, obras de teatro e incluso ha trabajado como actor. En España, al parecer, no se han publicado aún muchas obras suyas, así que no sé si será posible seguirle la pista. En mi opinión, ha sido todo un descubrimiento, un libro que se lee rápidamente pero que da luego qué pensar, y un autor del que habrá que estar atentos.