... y no, no hablo sólo de mi pequeño Enigma. Como ya os conté aquí, hacerse mayor como residente implica que, poco a poco, pasas de aprender a enseñar. La mayoría de la residencia, es verdad, te la pasas haciendo ambas cosas (desde R1 ya estás con estudiantes e, incluso de R5, se tiene mucho que aprender), pero creo que el paso de R1 a R2 es muy importante a este respecto, ya que te sientes verdaderamente "responsable" de los pequeños.
Llevo ya casi otro año completo, lo que implica que desde mayo del año pasado estoy ejerciendo como R mayor (¡¡o eso intento!!), pero el sábado pasado, cuando muchos valientes se presentaron al examen MIR, no pude dejar de pensar que, algunos de ellos, estarán en mi hospital dentro de nada y que a ellos, como a tantos otros que vendrán, tengo que acogerlos y enseñarles tanto como pueda.
El verano pasado me agobié mucho con ésto: mucho. De repente, no sólo pasas de ser la pequeña, de que se espere poco de ti, sino que de un día para otro se espera de ti que lo sepas todo (o casi) y que, además, te responsabilices de los nuevos y les enseñes lo que en tu día te sirvió a ti. En mi caso, sobre todo en las guardias, prácticamente desde el principio de R2 he estado ejerciendo totalmente de R mayor: o sea, que no he tenido a nadie "por encima", excepto a los adjuntos (y no siempre...). Eso hace que muchas decisiones, sobre todo las rápidas o las que se hacen a horas intempestivas, las haya tenido que tomar sola desde un tiempo que me parece excesivamente pronto en mi formación. Pero no sólo eso, de repente tenía que tomar también decisiones por otros, y responsabilizarme de las consecuencias.
A mí me encanta enseñar y explicar las cosas. No sé si lo hago bien, no sé si lo hago lo suficientemente a menudo, pero me gusta mucho. Los residentes pequeños que han estado rotando conmigo, o han compartido horas de guardia, dicen que les gusta mucho que esté yo porque estoy pendiente de ellos...¡¡qué me van a decir!! Me cuesta creer que ejerza tan bien como mayor cuando he tenido que aprender sobre la marcha, pero entiendo que una respuesta totalmente sincera sea difícil para ellos (a mis resis pequeños: si pasáis por aquí, aprovechad y criticadme en los comentarios). También es verdad que hay días y días: guardias horribles en las que estoy hasta arriba de trabajo y superviso-explico lo mínimo indispensable y, por suerte, otras que me permiten tomarme unos minutos de calma, sentarme con el residente para que me exponga el caso y barajar juntos las diferentes opciones.
Hoy por hoy, muchos meses después, creo que el agobio ha dado paso a un entendimiento de que, como todo el mundo, una llega a dónde puede. Eso implica que no tengo que saberlo todo y que, ser 100% responsable de un residente es tarea de un médico adjunto, no mía. Por eso, seguiré intentando transmitir lo mejor que pueda lo que sé, seguiré dando la cara por mis decisiones (y las que otros han tomado guiados por mí) y, sobre todo, seguiré aprovechando esta gran oportunidads para darme cuenta de todo lo que me queda por aprender. Pero, desde luego, dejaré de sentirme tan responsable de los peques (sobre todo cuando los que sí lo son se desentienden) e intentaré mejorar con los nuevos enanos que lleguen al hospital.Si tienes algo que decir (¡seguro!), déjame un comentario :)