Con mi recién adquirida tablet, al fin he podido probar el maravilloso mundo de los ebooks. Entre todos los que ya tenía de antes, se encontraba esta novela de Moruena que recientemente ha salido por la editorial Nowevolution (y con una portada preciosa, por cierto) pero que ella subió en su web hace un tiempo. Ya me llevé un chasco muy importante con su otra novela en papel, El círculo perfecto, y no quería repetir el error de gastarme dinero y quedar descontenta. Más aún si la tenía completa para poder valorarla previamente.Esta novela es la primera parte de una bilogía llamada
Huérfanos enamorados, cuya continuación y última parte, Me enamoré mientras mentías, también está prevista por parte de Nowevolution. No obstante, la trama queda aquí bastante cerrada, salvo por algunos hilos que se abren en su mayoría en el epílogo.
Argumento: Mi nombre es Haideé. Han pasado tres años desde que desperté del coma, pero aún siento como me estremezco cada noche cuando sucumbo al sueño. Y lo que es aun más intrigante, noto como mi subconsciente trata de decirme algo. ¿Qué? Eso sin olvidar que mi mundo es un caos: mi madrastra quiere destruir mi vida anónima, lejos de lujos y gente superficial. Mi hermana quiere hacerme la vida imposible a toda costa. El hijo rico de un amigo de mi padre no acepta un no por respuesta. Y lo que es peor de todo: me estoy enamorando de alguien que no solo me hará daño, si no que es un imposible, porque su pasado no gustará nada a mi padre y si este se entera de mi atracción por el chico malo de la clase, hará cualquier cosa por separarme de él. Incluso volver a meterlo en la cárcel. Mi vida no podría ser peor... ¿O sí? Pues cuando Ziel me mira con sus penetrantes y misteriosos ojos negros, siento que ya lo he visto en alguna parte. ¿Pero dónde?Lo primero es avisar de que he leído esa versión "borrador" subida por la autora, y no sé qué correcciones o modificaciones puede haber sufrido por parte de la editorial. Comparando las páginas de muestras con el comienzo de la novela, hay algunas variaciones pero de poca importancia en los hechos. Por otra parte, la ortografía sí que parece haberse corregido adecuadamente frente a lo que leí después en el PDF, sangrante página sí, página también.
Ya lo dije en mi otra reseña de la autora, que tiene un problema de dislexia, pero por eso mismo, siendo escritora, más esfuerzo debería poner. Ya se lo excusé en aquel, pero no es algo que se pueda dejar pasar eternamente. Sobre todo porque ya han pasado unos años desde que empezó a escribir y no noto que haya mejorado en ese aspecto desde su primera novela. Si ella, por este problema no puede revisar su novela, seguro que habrá alguien que lo puede hacer en su lugar. Me parece una falta de respeto a los lectores fieles a los que les gustan sus obras no poner medios para que todo lo que sube a su web, esté adecuadamente escrito.
Como en la otra reseña, voy a empezar hablando de los puntos favorables y luego iré a lo que no me ha convencido. Para empezar, punto a favor por una mejora en la estructura de la trama de la novela. En El círculo perfecto, la parte de la magia quedaba muy en segundo plano frente a la historia romántica de los protagonistas y la evolución de Evelyn, y al final se resolvía de manera precipitada y poco clara. Aquí, las dosis de misterio están mejor integradas en el desarrollo de la historia. Según pasan las páginas se van descubriendo detalles que permiten idear diferentes teorías de por dónde va a avanzar y cómo se va a desarrollar. Aunque me ha parecido muy predecible en la mayoría de los pasos que daba la trama, reconozco que me he llevado varias sorpresas y esto lo valoro muy favorablemente.
Otro punto positivo se lo doy a la protagonista. Haideé es, al principio, una chica cobarde y con una falta considerable de iniciativa, que no se atreve a investigar en su propio pasado en los tres años que van desde que despierta del coma hasta que comienza la novela. A lo largo del libro se convierte en otra persona, valiente y decidida, una luchadora, y eso me gusta y consigue que ignore algunos detalles del personaje que ya no me convencían tanto.
Pero toca empezar a hablar de lo malo. En primer lugar nos encontramos con una novela de excesiva extensión. Le sobran muchas páginas porque cae en lo mismo que en aquella, dar vueltas sobre lo mismo, entiéndase, la relación de la pareja protagonista que copa la mayor parte del libro. Haideé no para de decirse que es una locura lo que siente por él, que debería abandonar unas veces o que debería luchar por su amor otras veces. Así constantemente. Y por su parte, Ziel es un personaje que se niega a enamorarse por su incapacidad de dejar atrás su pasado. Demasiadas páginas en que se repiten las mismas situaciones y diálogos, dando pasos minúsculos que nunca sirven para avanzar por la obstinación de él. Consigue que el interés que se llega a despertar por los misterios de "esa noche" se diluya.
Otro problema grave es que en el fondo, la trama no se sostiene. Mientras la cosa gira en torno a los sueños en los que no se ve claro al chico y hay varias opciones de desarrollar la historia, funciona. Pero cambia incorporando elementos que parecen sacados de otras historias que tienen muy poco que ver con lo que se nos estaba contando (atención, esto puede ser SPOILER): chips de localización implantados que generan dolores de cabeza y pueden llevar a la muerte, una especie de mafia de guardaespaldas, un senador al que nadie es capaz de toser, una organización secreta (con todos sus miembros que visten de negro, cómo no), sustancias que bloquean los recuerdos y que sólo funcionan si van disueltos en agua, siendo incoloros e insípidos... Todo esto genera un batiburrillo de cosas que no terminan de cuadrar. Parecen elementos incorporados para rellenar lagunas, de apoyo ante situaciones que de otro modo no tendrían una explicación y para darle algún sentido a una historia que se le va de las manos a la autora.
Pero no sólo hay elementos más propios de la ciencia ficción metidos con calzador. Además, la historia empieza a incluir giros más propios de culebrones de sobremesa que, bien dosificados a lo largo de todas las páginas, tal vez habrían funcionado, pero se han concentrado hacia el final quedando con explicaciones superficiales.
Lo peor de todo, sin embargo, es que esta novela no existiría, al menos no es su total extensión, si los personajes que rodean a Haideé se hubiesen dejado de secretismo absurdo y hubiesen hablado con ella. Por más que se procura explicar por qué no lo hacen, no convencen los motivos. Ocultar la verdad sólo consigue aumentar el número de peligros a los que se ve expuesta (y el número de páginas) sin auténticas razones de peso.
Y ya pasamos a una serie de detalles menores que sólo consiguen empañar aun más la historia. En primer lugar, una falta absoluta de contexto físico o temporal. Dónde sucede la acción, cómo son los espacios... algunas descripciones, aunque fuesen mínimas, eran necesarias. Todo queda vago y superficial. Por ejemplo, por momentos se habla de un chiringuito en la playa como si de Málaga se tratase, pero luego tenemos las americanadas más comunes como son animadoras de instituto que se lían con miembros del equipo de fútbol. Otro detalle que me ha escamado bastante es qué clase de país permite que un senador acumule tanto poder como se supone que tiene el padre de Haideé. Una presentación en sociedad más propia de hace unos siglos. Inexistencia de apellidos de los personajes... Así podría seguir y seguir.
Ante todo esto, si al menos los personajes salvasen la historia, yo salvaría la reseña, pero no es el caso. Aparte de la protagonista, de la que ya os he hablado, que resulta creíble y comprensible ante las situaciones que vive, pocos más quedan que pasen el corte. El único sería Bruce, un ligón empedernido con un carácter que posee la chispa de la que carecen todos los demás. Por contra, Ziel es el protagonista masculino que menos sentimiento me ha despertado. Sí, es atractivo, fuerte y con un punto cínico, que debería hacer las delicias de cualquier lectora, yo misma incluida. Pero es lo más victimista, cabezota, ciego y egoísta que ha podido crear la autora. Son prácticamente 500 páginas sin que dé su brazo a torcer. Si al menos estos aspectos de su personalidad lo humanizasen, tendría un pase, pero no es el caso. Al final no es más que un cobarde muy poco creíble.
Pero más que los protagonistas, son los secundarios los que se llevan la palma. Tópicos, uno detrás de otro: malos malísimos que se sabe que lo son desde la primera página en que aparecen, madrastra superficial y tiránica, un par de putones de lo más tópicas que van tras Ziel, el niñato egocéntrico y salido que va tras Haideé... En definitiva, planos como hojas de papel, nada de fondo ni de personalidad.
Otro palo al que podría agarrarme para salvar mi opinión sobre esta historia sería el estilo, la narrativa. Ya he dicho que no sé qué diferencias habrá entre la edición previa, que he leído, y los cambios que ha podido introducir la editorial. Pero detalles aparte, la narración va en primera persona desde el punto de vista de Haideé hasta que llegado cierto punto, es Ziel quien narra. El cambio resulta favorable al aportar el otro punto de vista ya que añade dinamismo y permite que ¡al fin! se vayan desvelando misterios. Si se hubiese recurrido antes a esta dualidad, seguramente se habrían ahorrado páginas que sobran. No obstante, el estilo de telegrama, pobre y falto de vocabulario solo ayuda a que la lectura se haga repetitiva e insulsa.
Creo que no hace falta que continúe con la reseña, parece que las obras de esta autora no son para mí. Me parece una pena que con buenas ideas de base, el desarrollo deje tanto que desear. Si no fuese una historia con una pretensión tan ambiciosa, se hubiese simplificado para que primase el tema de los sueños, se hubiese acortado el número de páginas y el protagonista no fuese el imbécil que es, habría ganado mucho. Y aún con todo esto, me sigue pareciendo que tiene una mejor estructura que la otra novela, con una protagonista más aceptable y varias sorpresas que le suben un poco la nota.

