La Fundación Alcohol y Sociedad, en su décimo aniversario de su creación, presentó el libro coordinado por Javier Elzo, Hablemos de alcohol en el que se propone una "pedagogía del beber" ya que las leyes prohibicionistas no han servido ni sirven de nada con el alcohol. Los expertos afirmaron que "no hay que demonizar al alcohol, pero sí, y mucho, el consumo abusivo. Si ese mensaje cala es posible que la lucha contra el consumo de alcohol en la adolescencia sea más efectivo". Estoy completamente de acuerdo.
El el congreso de Medicina de la Adolescencia que se celebró en Salou (23-24 Abril 2010) propuse hacer una mesa redonda para abordar este tema y creé el lema: "Saborea el vino, no bebas alcohol". Inicialmente, la idea pareció excelente, el congreso se celebraba en tierras de Tarragona, célebres por sus caldos, encontré apoyo y toda clase de facilidades en el INCAVI y FIVIN dedicadas a la promoción de la viña y del vino que el 25 de marzo de 2010 presentaron el lema: "El vino se disfruta con moderación". No he contado las horas, viajes y reuniones en el centro neurálgico del vino en Catalunya (Vilafranca del Penedés) pero a medida que se acercaba el congreso algunos pacatos y pusilánimes componentes del comité organizado se echaron hacia atrás con excusas baratas. Con perdón, no tuvieron "los huevos" suficientes para poner sobre el tapete un problema de magnitud nacional y, jocosamente, se llaman pomposamente "especialistas en adolescentes". Presenté mi retirada pero, al final, moderé una mesa redonda sobre cardiología del adolescente con la participación de unos especialistas que están en lo alto del firmamento científico español. El éxito de esa mesa redonda me compensó con creces de la decepción y los sinsabores que había sufrido.
Recientemente ha aparecido en la revista The Lancet que el alcohol es más dañino que la heroína o el crack. ¿Cómo puede ser que una droga legal sea la más peligrosa? Porque se tuvo en cuenta algo muy importante, se tenía en cuenta tanto el daño al usuario como el que se produce a los demás, por ejemplo, al conducir bajo sus efectos.Vean algunos datos curiosos: el vencedor de esta triste lista fué el alcohol, con 72 puntos de 100 posibles, seguido de la heroína, con 55 puntos y luego el crack con 54 puntos. El tabaco ocupó el sexto puesto, con 26 puntos.y la marihuana quedó en octavo lugar, con 20 puntos. Si se eliminan los criterios de daño a los demás y sólo al usuario, la clasificación cambia de manera radical. Las cuatro drogas que más daño hacen por su consumo directo son el crack, la heroína, la metanfetamina y el alcohol. Menos dañina es la cocaína, que queda en quinto lugar. Después vienen la anfetamina, el GHB (ácido gamma-hidroxibutírico) y el tabaco, que ocupa el octavo lugar. En el 12 queda la "denostada" marihuana que es la única que no mata a ninguna dosis en cambio las otras sí.
La ciencia suele producir resultados incómodos y las regulaciones gubernamentales en palabras de Berlanga "la cagan" por mucho sabio que haya en ellas y en sus ministerios. De cualquier forma confundir alcohol con vino me parece un solemne error y se lo dice el Dr. Santi que no toma ni una gota de vino jamás.