¿Me estoy complicando la vida?

El otro día, a raiz de uno de mis posts acerca de la escolarización o no de David, una lectora me hizo un comentario que me hizo pensar un poco: me dijo que todo era mucho mas sencillo, pero que para quien le gusta complicarse la vida todo es un drama.
Obviamente, la sencillez o complejidad de las cosas es relativa y es decisión personal de cada uno tomar el camino fácil o complicarse un poco más la vida tratando de hacer las cosas lo mejor posible.
Posiblemente viviría  bastante más tranquila si pensara que las cosas solo pueden ser de una manera y que la mejor y única manera de hacerlas es como se han venido haciendo hasta ahora. Mi vida sería mucho más fácil si en lugar de dar una y mil vueltas a las decisiones que afectan a mi hijo, como es la escolarización, decidiera llevarlo adelante sin más, sin tener en cuenta nada, sin plantear alternativas.
Que para mucha gente la escolarización sea la mejor opción me parece perfecto, pero lo que ya no me lo parece tanto es que se considere que plantear o buscar otras alternativas sea complicarse la vida. Por otro lado, tomemos la decisión que tomemos, quiero pensar que todos los padres pensamos y repensamos cualquier cuestión que afecte a nuestros hijos. Vamos, que todos nos complicamos la vida.
Es cierto que podemos pasar por la vida con las orejeras puestas, viendo solo lo que tenemos delante,  sin pensar, sin buscar y sin cuestionar. De esta manera no nos complicaremos la vida en absoluto.
Pero me pregunto, si ya está mal el mundo como hoy por hoy está, como sería si nadie se hubiera nunca "complicado la vida", si hubieramos seguido todos hacía delante como autómatas, sin tratar de cambiar el mundo y sin intentar mejorar?.
Cuando todos los niños se atiborraban a comida basura, algunos se complicaron la vida alertando de lo perjudicial que eso era, y gracias a ello ahora prestamos mucha mas atención a la alimentación de los más pequeños.
En los años 50 y 60, era habitual quitar los piojos a los niños con DDT, hasta que algunos se complicaron la vida planteándose las consecuencias que esto podría tener y por fortuna, dejo de hacerse.
Cuando el maltrato a los niños era algo habitual y nadie se extrañaba de que un niño llegara al cole con una marca del cinturón de su papá ni de que su maestra le dejara las manos hinchadas a reglazos, algunos se complicaron la vida y dijeron basta.
Donde estaríamos, si nadie se hubiera molestado en cambiar las cosas, si nadie se hubiera complicado la vida?
Quien quiera pasar por este mundo sin pena ni gloria y sin complicaciones, está en su derecho, pero por favor, tengamos un poco de sentido común y no critiquemos a quienes se molestan en reflexionar y en pensar, sea en lo que sea, aunque a nosotros nos parezca de lo más absurdo y fuera de lugar. 
Porque solo la reflexión, el cuestionarnos las cosas y el complicarnos la vida nos pueden llevar a hacer se este mundo un lugar un poquito mejor.