Revista Música
Eso es lo que siento cuando me encuentro disfrutando de la música de un artista que hasta hace bien poco nunca entró en mis planes ni en mi esfera musical -le consideraba de otro palo muy distinto al mío-. Afortunadamente las cosas cambian.
El protagonista de esta revelación es un tal Billy Joel, el creador de un discazo como la copa de un pino titulado An Innocent Man, editado por CBS en 1983 -un año clave para servidor- y que no es ni más ni menos que un gran catálogo de la historia musical de Estados Unidos.
Así, de repente puede parecer un poco prepotente la idea, pero es lo que sugiere cuando se escucha y así lo indican diferentes notas de prensa y de seguidores en su página web de Internet: "es un homenaje a la música de su niñez, un álbum de vocalista en el que rinde tributo a los sonidos surgidos en los años 50 y 60, a artistas Soul y Rythm And Blues como Sam Cooke, Ben E. King y The Drifters, a maestros del Rock And Roll como Jerry Lee Lewis y a discográficas que crearon y definieron un sonido único e inconfundible a la manera de Stax".
En todas y cada una de las canciones de este disco se aprecian detalles y guiños a todos esos sonidos mencionados un párrafo arriba, pero lo mejor de todo es que se nota que se hizo con cariño y sobre todo con talento, aunque ahora no viene a cuento destacar el valor de Billy Joel para la música americana -todavía no soy un gran conocedor de su obra, pero con este trabajo me tiene ganado-, simplemente quería revalorizar desde aquí un disco que, como casi siempre me he encontrado abandonado en las tiendas de viejo... ¡¡¡Pero para eso está Víctor Hugo y su ONG encargada de apadrinar discos deshechados por gente sin criterio!!!
Casi todo el mundo más o menos ha escuchado la grandísima "Uptown Girl", con esas armonías vocales clásicas, el falsete que utiliza Billy a lo estrella del rocanrrol y pop clásico y sobre todo con ese ritmazo que te engancha por la pechera y te da la vida -por lo menos a mí me provoca eso-.
Pero en Innocent Man destacan además otras piezas como "Tell Her About It" y "Easy Money", esta última es la que abre el disco con una lección de Soul y Rock a lo Blues Brothers o Memphis Horns con una sección de vientos en la que participa un habitual en esto de los saxofones, David Samborn.
"Careless Talk" es otros de los temas que de lo bien que está construido e interpretado sabe a clásico de los buenos, a categoría. Poco más puedo decir, simplemente aquí la escuchamos:
Un sonido que a mi siempre me ha gustado y que ya está en desuso debido a lo complicado que debe ser hacerlo bien es de los grupos Du-Duá o Doo Woop, y aquí Billy tiene unos cuantos ejemplos: el primero de ellos es la romanticona "This Night" que es ideal para bailarla "amarrao" a la chica de tus sueños –la capitana de las animadoras por ejemplo- en la fiesta de fin de curso puesto de ponche hasta arriba...
Y la segunda y la que más me ha gustado de Innocent Man es sin lugar a dudas la brillante "The Longest Time". Estoy flipado con lo buena, lo bonita que es, el sentimiento oldie que transmite, así como con lo interesante de su composición y grabación, pues para realizar el acompañamiento vocal que aparece en la canción, el propio Billy se grabó así mismo en 14 pistas de sonido que luego fueron mezcladas para lograr ese resultado tan fantástico.
Otra cosa que me llamó la atención de "The Longest Time" fue en cierta manera lo arriesgado de la decisión de publicarla como single teniendo en cuenta lo ortodoxa que es y el contexto o situación musical que se estaba dando en los 80 -lo estaban petando The Police o Michael Jackson por poner unos ejemplos-. Está claro que Billy y la compañía tenían claro que esta canción y el disco en general encontraría su sitio y así fue: no tuvo malas ventas, hizo de "Uptown Girl" un clásico, se impuso la ilusión, la creatividad reivindicativa y la música de siempre volvió a brillar como siempre...