Cristina Ouviña. Foto: Alberto Nevado / FEB.
Toni Delgado (@ToniDelgadoG) #baloncestofemenino #EuroBasketWomenNo hay nada como estar en el lugar de los hechos porque no dependes de otros ojos. Virginia Algora, responsable de Lok@s x el baloncesto femenino, siempre ha sido muy observadora. —Antes de salir a pista, mientras esperaban a que limpiasen los banquillos, Lucas Mondelo le hacía gestos con las manos diciéndole claramente: "No le des vueltas a la cabeza". Por la cara de Cristina Ouviña le ha leído la mente a la perfección –me cuenta el domingo desde la Fonteta de Valencia. Cristina Ouviña (Zaragoza, 1990) siempre está cavilando sobre en qué puede mejorar. Con su actitud y compromiso, la base del Valencia Basket traspasa la pantalla. Contagia energía. Su defensa es tan pegajosa como un chicle y duda todavía menos que Erundino en El Cazador. "Cuando pierde un balón, se exprime hasta recuperarlo. El otro día acabó poniendo un tapón. Me fascina que Cristina Ouviña nunca dé nada por perdido", recalca Sara Mallén, su fan número uno.
Ante Montenegro, en los octavos de final del Eurobasket de España y Francia, Ouviña sigue siendo Ouviña: generosa (siete asistencias), anotadora (ocho), intensa (dos robos) y muchos detalles invisibles. Es la base más en forma del torneo. Victoria coral por 78-51 y el miércoles Serbia espera en cuartos (21:00 horas, Teledeporte). Cuenta el psicólogo deportivo Pep Marí en Liderar equipos comprometidos que Jennifer Pareja, excapitana de la selección de waterpolo, descubrió un día que tenía el don de cambiar el estado de ánimo del grupo.
La base internacional, a punto de penetrar. Foto: Alberto Nevado / FEB.
"Cristina Ouviña tiene esa aura, que desgasta mucho. Quienes arrastran al resto también necesitan cuidados y gasolina porque son motores", interviene Rubén Burgos, su entrenador en el Valencia Basket. —Rubén, ¿pero cómo se cuida a las personas que dan tanto?
—Atendiéndolas y escuchándolas, procurando que sólo se preocupen de lo que puedan controlar. Cristina Ouviña se contagió de coronavirus y no pudo estar presente en la primera burbuja de la Eurocup. "Le costó coger el ritmo del equipo, pero ha sido una pieza imprescindible. La nombraron MVP nacional de la Liga Femenina Endesa, pero podría ser hasta la MVP total", sigue Rubén Burgos. Sara Mallén admira a Cristina Ouviña desde que la vio jugar por primera vez. La siguiente ya le pidió una foto. La base salía descabezada: "¡No me lo podía creer! Después del partido, le pregunté, muerta de vergüenza, si podíamos repetir el retrato porque el otro no había salido bien". —¡Y tanto! ¿Dónde nos ponemos? –respondió la base aragonesa, que entonces jugaba en el Basket Zaragoza. David, amigo de Sara, las sacó desde más lejos y salieron enteras.
La foto fallida. Foto cedida por Sara Mallén.
¡Ahora sí! Foto cedida por Sara Mallén.
—[Se ríe]. Diría que la que hago de longaniza con gorgonzola y cebolla caramelizada. Cris es encantadora y súper dulce como la cebolla caramelizada, picante como el gorgonzola y no se corta nunca como la bechamel. Y siempre pone toda la carne en el asador. [Risas].
Cristina Ouviña fomenta la creatividad de sus fans, que sienten devoción por ella. Foto: Alberto Nevado / FEB.
El Eurobasket de España y Francia es el enésimo campeonato de baloncesto femenino en el que Sara Mallén es voluntaria: "Como la vea pasando mal... Va a ser muy duro". Se saludan y se lanzan besos desde lejos. Precauciones de pandemia: "Espero que pronto podamos quedar. Le llevaré unas croquetas". De hecho, Sara Mallén le ha prometido hacerle un curso de cocina de croquetas y en el que también está muy interesada Queralt Casas. —Si lo organizas antes o después de un Valencia Basket-Basket Zaragoza, se podría añadir Vega Gimeno... –le comento.—Esa, esa cualquier día me robas las recetas. [Risas] –responde. Desde pequeña Cristina Ouviña se ha exprimido al máximo y ha pensado en plural. "Le pedí que pensase en ella como primera opción ofensiva y no sólo como solución cuando las cosas fallan, y dio un paso adelante en el liderato global. Ilumina a quien esté a su lado. Seguro que hace que parezca mejor entrenador de lo que soy", concluye Rubén Burgos.