Revista Opinión

Me gusta…, no me gusta… (aportación por amistad 2)

Publicado el 22 marzo 2011 por Miguelmerino

Me gusta ser mamá y que me llamen así, nunca imaginé lo que me  llenaría.

No  me gusta que se cambien los papeles y dar consejos a los que deberían dármelos a mí.

Me gusta que las cosas me salgan bien.

No me gusta no haber aprovechado mejor las oportunidades que se me iban presentando.

Me gusta levantarme por las mañanas, dar los buenos días y que me respondan con una sonrisa.

No me gusta cuando pierdo el fin de semana con un enfado absurdo, uno se arrepiente pero como bien dice el dicho después de conejo ido, palos a la madriguera.

Me gustan las películas con sentimiento aunque luego me levante dolor de cabeza por contención.

No me gustan las fantasmadas de películas donde lo único que hay es puro ordenador.

Me gusta cotillear, que se le va a hacer.

No me gusta que me cotilleen,  me da un pelín de corte que se sepa de una.

Me gusta haber inculcado  la palabra (te quiero) y que me la digan, que rico suena y que poco se dice.

No me gusta que no me la hayan inculcado y que me cueste decirlo.

Me gusta hablar, hablar y hablar aunque  también como no, escuchar, se aprende mucho escuchando.

No me gusta la gente que no sabe interactuar y es puro monólogo, sin preocuparse en que los otros también tienen algo importante que decir.

Me gusta  cuando estamos en esos acontecimientos familiares o de amigos y  las miradas se encuentran, las palabras sobran y con un simple gesto decimos mucho.

No me gusta cuando no encuentro las palabras adecuadas para hacerme entender.

Me gusta el olor a mar y a tierra recién mojada.

No me gusta el olor a cigarro impregnado en las manos y mucho menos cuando me cogen a mi retoño.

Me gusta la música en general  y en particular una buena verbena, aunque en estos tiempos que corren no estén de moda, no me importa, me gusta y punto.

No me gusta la música que no me inspira nada.

Me gusta las milhojas, las de toda la vida, ni francesas ni nada.

No me gusta  tomarme mi cafecito deprisa y corriendo, hay que dedicarle el tiempo adecuado a la ocasión.

Me gusta, el me gusta y el no me gusta aunque también me hubiese gustado el me gustaría como: Me gustaría en ocasiones no ser tan políticamente correcta y decir las cosas tal cual uno las siente, sería pura satisfacción  y como dice el refrán más vale un día colorado que cien amarillos.


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