Por Hogaradas
Me gustan las celebraciones, tanto si son propias como si son ajenas, me da lo mismo, disfrutar de la alegría de los demás o de la de uno mismo, de la de todos, cuando es compartida, en eso se resume lo que todos nos afanamos en buscar y a veces, estando tan cerca, no somos capaces de reconocerlo, la felicidad.
Cuando no hay nada especial que celebrar y me lanzo a prepara un día de fiesta por todo lo alto siempre pienso, vale, no hay motivos para celebrar nada, pero tampoco los hay para no hacerlo, así que adelante, y mirando a mi alrededor descubro que me sobran los motivos para descorchar una botella de cava y brindar.
Si además, como en el día de hoy, la fecha viene marcada en el calendario, es cuando entonces doy rienda suelta a mi imaginación para intentar convertirlo en un día único, de esos que prevalecen en la memoria a pesar del paso de los ańos y de los anteriores y posteriores días de corazones marcados en el calendario.
Fueron mucho los ańos que vi desfilar por delante de mí a cuantos enamorados se disponían a celebrar el día en el que el amor tiene total protagonismo, aunque en el corazón del enamorado lo tenga durante todo el ańo. Hace unos cuantos ya que Cupido decidió lanzarme una de sus flechas, y como agradecimiento por semejante regalo no puedo menos que celebrarlo.
Me gustan los pequeńos detalles, las sorpresas, lo inesperado; es por eso que cada ańo intento sorprender a mi pareja, conseguir que no se pierda la magia y que cada declaración de amor sea siempre diferente.
El ańo pasado fue el suelo cuajado de corazones, la alfombra más hermosa que nuestros pies hayan pisado jamás, y este ańo me he decidido por algo menos espectacular, más sencillo y por supuesto, menos vistoso, pero no por ello menos original.
Está pegado en la nevera, por varios imanes, un folio en cuyo encabezamiento está escrito “Me gustas tanto como…” y bajo el cual describir diez cosas, momentos, sensaciones, todo con lo que él sabe que disfruto y que me gusta tanto como él, o más bien, es él quien consigue que sean mucho más placenteras y hermosas desde que está a mi lado.
Carlos, me gustas tanto como vivir, y la vida me gusta muchísimo más desde que tú formas parte de ella.

