La ciudad de Colonia como casi todas las metropolis del mundo, tiene tambien su zona bohemia, la “Südstadt”, donde pululan los intelectuales, artista, ejecutivos y jubilados con buen poder adquisitivo, que les permite llegar una vida sosegada y abandonarse a los placeres de la buena mesa.
En medio de la zona comercial y a un costado de la Plaza levantada en honor a Martin Lutero, llama la atención la tienda de vinos “Zwölfgrad 12°” es un local donde las estanterias se encuentran inclinadas a doce grados y debo confesar que la primera vez que puse mis pies allí, senti un mareillo, ya que el plano distorcionado engaña nuestro cerebro.
Al preguntar el por que del diseño, me contestarón que no habia necesidad de esforzarce mucho adivinando, que simplemente es la inclinación que se hace cuando transportamos unas cajas en una carretilla de dos ruedas, queriendo recalcar que no todo tiene que ser derecho, que la vida tiene sus torceduras, yo me aventuraria a decir que en medio de la rigidez alemana, se propusierón a llevar la contraria.
Apartandonos del diseño de la tienda, observe que no habia practicamente ningun vino conocido y el encargado me confirmo que esa era la filosofia de la tienda- nada de nombres conocidos-- nada de etiquetas bonitas- se guiaban más bien por el contenido, buena calidad a buen precio.