De vez en cuando se montan en Twitter unos pollos de cierta consideración. El último lo lió Antón Losada, un caballero cuyo currículum nos indica que es profesor de Ciencia Política pero que sobre todo es conocido por ser tertuliano en varias mesas. Bueno, pues Losada la ha montado al grito (o a la etiqueta) de #sinpreguntasnohaycobertura.
Se trata, dicen, de denunciar las pretendidas ruedas de prensa, básicamente de políticos, en las que no se admiten preguntas. Como Twitter es un territorio muy poblado por periodistas, la iniciativa generó un notable nivel de discusión y ha derivado en un curioso manifiesto que se puede leer (y apoyar) aquí.
El manifiesto tiene tela marinera y por encima de todo lo que queda claro es que el personal periodístico está indignado. Pero que muy indignado.
En fin, cada cual se puede indignar por lo que le dé la real gana, pero mi impresión es que llega un poco tarde el asunto. Como varios años. Y es que hay un blog creado a tal efecto con 4 añazos de antigüedad y su página de Facebook correspondiente.
En cualquier caso, que la clase política tiene poca educación, es cosa sabida. Que maltrata a los periodistas es más viejo que el hilo negro. Jordi Pujol era un especialista en torear a los que lo seguían horas y horas para librarse de ellos con un artístico “avui no toca” (hoy no toca) que debería haber patentado, visto el éxito de la muletilla.
Al final, el problema es semántico: se reduce a llamar rueda de prensa a lo que no lo es, a lo que no pasa de una simple declaración. A ver, muy bonito no es que sea, pero el político de turno tiene la opción de aceptar o no preguntas. A cambio, el periodista de turno tiene la opción de ponerlo a caldo.
Y ahí no se acaba ni el mundo…ni el periodismo. Lo digo porque en Twitter se leen cosas al respecto tremendas como “Nadie respetará al periodismo, si el periodismo no empieza por respetarse a sí mismo”. Oiga, no confundamos las cosas. El periodismo no se limita a las ruedas de prensa…y menos mal, porque en caso contrario sería un peñazo inaguantable.
Naturalmente que el periodista tiene que preguntar, pero ahí no finaliza su tarea. En mi modesta opinión, el oficio consiste en observar mucho y contarlo. Observar, investigar, remover y contarlo.
No deja de ser gracioso que en el manifiesto de marras se hable “del nefasto periodismo declarativo con el que quieren sustituir al periodismo de hechos”. Ay, ay, ay. El periodismo de rueda de prensa, con preguntas y todo, es precisamente el periodismo declarativo. Así que…a ver si nos aclaramos.
Por lo demás, que quede claro que, al final, se trata de un privilegio de caciques y no de indios. Vamos, que son los que dirigen los medios quienes deberán decidir si se planta o no al político de turno por no aceptar preguntas. No es de recibo que se cargue al pobre currito con semejante responsabilidad, a no ser que se trate de kamikazes con poco apego al trabajo.
Dicho todo esto, la sensación es que se quiere vestir de urgencia nacional y requisito indispensable para la salud democrática lo que no pasa de ser un reclamación gremial. Muy respetable, eso sí, pero nada más.
Así que, recuerde el personal: sin periodismo no hay periodismo…y eso sí que no tiene vuelta de hoja.