“Cerca de aquí reposan los restos de un ser que poseyó la belleza sin la vanidad, la fuerza sin la insolencia, el valor sin la ferocidad y todas las virtudes del hombre sin vicios“. Lord Byron.
Con este epitafio (dedicado a un perro) acaba “Me llamo Lucas y no soy un perro”, el nuevo libro de Fernando Delgado, laureado periodista y autor de nueve novelas entre las que cabe destacar “La mirada del otro” Premio Planeta 1995, llevada al cine por Vicente Aranda.
No malinterpretéis esta pista. Ni mucho menos os voy a contar el final del libro, pero no, os adelanto que Lucas, el protagonista de esta novela, no acaba muriendo.
Las citas que acompañan el libro y abren cada capítulo son el homenaje de diversos autores de todos los tiempos a los perros, cuya sensibilidad les ha permitido apreciar el valor de estos silenciosos y generosos compañeros de la raza humana, en especial este bellísimo epitafio de Lord Byron que cierra la novela, y que yo he querido que encabezase mi post.
Lucas, el protagonista de la historia, nos narra su vida y pensamientos en primera persona, siempre desde un punto de vista sabio, ingenuo e inocente, lo cual convierte su relato en una lectura original, sorprendente, repleta de humor y con mucho sentimiento y corazón….
A pesar de haber nacido en una buena cuna, (es un perro con pedigrí), y siendo todavía un bebé, Lucas va a parar en la casa de una adinerada y peculiar familia llena de redecillas y problemas que indirectamente irán afectando a Lucas y a su historia. De esta manera, Lucas va experimentando el amor y el desamor, la compañía y la soledad, el buen trato y el malo, el confort y la pobreza, pero no solo en su vida, sino también en la de los hombres y mujeres que le rodean, como silencioso observador de sus comportamientos.
Muchos autores de todos los tiempos, desde los fabulistas clásicos a Paul Auster, pasando por Cervantes, han dado voz a los animales y, en especial, a los perros para ofrecer una visión distinta de la realidad, de la condición humana desde fuera. Fernando Delgado se une a este selecto club de autores y se pone también en la piel de un perro para crear un relato sencillo, original, divertido y muy emocionante.
“Hasta que no hayas amado a un animal una parte de tu alma permanecerá dormida” dice la cita de Anatole France con la que comienza este libro y con la que termino este post, no sin antes añadir que espero que la historia de Lucas os llegue tan dentro del corazón como lo ha hecho conmigo. No me cabe en la cabeza que haya personas que sean tan crueles y malas como para torturar, maltratar y abandonar a un animal, sea de la raza que sea.
Supongo que tengo la sensibilidad sobre el maltrato animal todavía más a flor de piel, desde que llegó Telma a casa. Es nuestra niña bonita. Dulce, cariñosa y súper inteligente nos tiene a todos cautivados. Hasta mi padre, enfermo de Alzheimer ha vuelto a sonreír a menudo cuando habla o está con ella. Su historia, dura y triste, solo la conoce Telma, aunque quizá, le pido a Lucas que la ayude a contárnosla….¿Y vosotros? ¿Tenéis un perro o algún otro animal en casa? ¿Entendéis su lenguaje? ¿Os habéis planteado que os transmiten sus miradas, movimientos o ladridos?
Besos desde mi blog!!!