Ya sea como danza, música, poesía, o cabal expresión de una filosofía de vida, el tango posee una larga y valiosa trayectoria, jalonada de encuentros y desencuentros, amores y odios. Cuando se habla de tango se habla de pasión, de sentimientos, de bailes sensuales y melodías recurrentes que alguien alguna vez escuchó. En el tango confluyen gran cantidad de vivencias de diferentes tiempos y culturas. De ahí surge el lunfardo, una lengua, una ideología que nace de la comunicación entre los hombres. Esa verdad esencial que nos incluye a todos, la tragedia misma del ser, el dolor del existir. Esto se refleja en sus letras que, como toda auténtica expresión artística, el tango desentraña nuestra inextricable condición humana, revelando su espíritu arrabalero. Quizás debido a esta verdad se fundamenta su perdurabilidad y su expansión mundial. El tango vive en los barrios de Buenos Aires, en las academias de Japón y en las calles de París. En estos tiempos la esencia del tango se mantiene vigente y su lenguaje universal continúa contándonos historias sobre nosotros mismos. (Del folleto)
No es la primera vez que se representa en Zaragoza, y si hoy no pueden verla, no se la pierdan en futuras representaciones.