Sinopsis:
Eleanor, la mayor de las tres hermanas Caulfield, debe cumplir la profecía y descubrir su origen. Pero si Eleanor está destinada a casarse con un príncipe, ¿por qué no puede resistirse al canalla que la sedujo y la abandonó?
El reverendo y padre adoptivo de las hermanas Caufield, se casa. La boda está en marcha y pronto los invitados comienzan a llegar, entre ellos, Taliesin Wolf, un chico gitano que también fue adoptado por el reverendo y le rompió el corazón a Eleanor Caufield. Ella no ha vuelto a enamorarse y desde luego no ha vuelto a creer en el amor.
Ahora, once años después, Taliesin ha reaparecido para la boda. Cuando Eleanor lo ve en la puerta de la iglesia, no lo puede creer… Él ha cambiado, ya no es el joven intrépido que conoció, ahora es todo señor, pero con un aro en la oreja y melena de canalla. Y lo que es peor, sigue afectándola más de lo desearía.
Después de la boda, Eleanor cree que es el momento oportuno para marcharse e iniciar la búsqueda de sus orígenes, pero sus hermanas no quieren que viaje sola y le piden a Taliesin que la acompañe. Y por supuesto, él acepta.
El viaje será tenso, los recuerdos son demasiados y los sentimientos parecen no olvidados… ¿Será capaz de aguantar todo un viaje con un hombre que le ha hecho tanto daño?
Opinión personal
Con «Me rendí a un canalla» llega a su fin la trilogía «Buscando un príncipe». No es ninguna sorpresa que al ser el último de la serie las pesquisas del misterio que gira en torno a los padres de estas tres jóvenes cobren mayor relevancia, siendo en realidad el eje en torno al que gira la historia de Taliesin y Eleonor.
Es una novela de las que se leen solas, no sé si por el estilo de la autora, muy fluido y ágil o porque, pese a que no es una trama de grandes giros, sí que está repleta de pequeñas aventuras y muchos personajes. Algunos de los cuales, tal como la propia autora comenta al final, aparecen en otras de sus novelas. Además, Katharine Ashe sabe jugar con la intriga en dos temas diferentes: el primero y obvio, el origen del anillo, única pista de sus orígenes; y el segundo, el pasado de la pareja.
En esta historia no encontraremos nobles ni personajes de alcurnia, Eleonor es la hija tranquila de un vicario y Taliesin, un gitano y la historia transcurre fuera del ámbito de los bailes londinenses.
Taliesin es, de los dos, el que más me ha gustado. Ese romaní desvergonzado y picaruelo, hombre de honor y de quien, desde la primera página, tienes tan claro que vive para y por Eleonor. La autora ha intentado plasmar en él esas ideas de libertad − no sé si es la palabra más idónea, pero son sus propias palabras − del pueblo nómada. Me ha gustado su comportamiento, aunque al principio me he sentido un poco perdida y no terminaba de entenderlo, creo que justamente la autora juega con eso, y se añade, como he comentado, al misterio del pasado de las tres hermanas, el romance de los dos jóvenes. Sabes que es un amor de juventud, pero poco más y es algo que se va desvelando poco a poco.Pese a una vida que no ha sido fácil, Taliesin transmite paz y tranquilidad, la naturalidad con la que ve las cosas frente a los comportamientos sociales aceptados podría considerarse otra pequeña crítica que añade la escritora y, ante todo, he disfrutado de la simple complejidad de sus sentimientos.
Eleonor me ha sorprendido. Hasta ahora ha sido la hermana tranquila y apocada. Seguro que el ser la mayor y la enfermedad que la postró un tiempo en cama han influido en su carácter. Pero en el fondo, quiere arriesgarse pese a que vive como dormida entre libros y con una existencia demasiado tranquila, siempre a la espera de ese príncipe andante que ha de venir a rescatarla. Durante toda su vida ha aprendido a hacer lo que de ella se espera y ahora, viendo que sus sueños se escapan al mismo tiempo que su juventud, su comportamiento tiene un giro totalmente radical. Quiere su sueño y lo quiere ya. Y para ello, no duda en recurrir en algunos momentos a medidas algo desesperadas.Eleonor empieza la novela como una joven resignada, en la que no he podido evitar ver mucha tristeza, quizás por las veces que se ha sentido abandonada o, tal vez porque su vida no es lo que quisiera; pero, al mismo tiempo, me ha gustado su actitud de respetarse a sí misma junto con esa valentía con la que afronta una misión en la que no termina de creer y en la que pone tanto en juego.
Su relación no será fácil, los sentimientos están latentes desde el principio, pero los miedos de ambos serán su principal enemigo. Todo resulta complejo al mismo tiempo que natural, se conocen desde niños y el fuerte sentimiento que se profesan es más fuerte que el posible rencor que pudiera existir, en el caso de ella; o la necesidad de protegerla, que pueda tener él. Quizás por eso esta pareja me ha gustado, porque no hay espacio para los sentimientos negativos y todo me ha parecido muy real, una relación que fluye dentro de la confianza y el respeto, combinando ternura, pasión y contención.
Volveremos a saber de los protagonistas de las anteriores entregas, aunque no tienen gran relevancia, pero sí que aparecerán nuevos que ayudarán a dar forma a la historia y les encarrilarán a desvelar, por fin, la veracidad o no de la profecía de la gitana adivina. No puedo negar que algunos me han parecido algo forzados, sobre todo Robin, al que le veo un papel demasiado descarado.
«Me rendí a un canalla» me ha parecido un buen final para esta trilogía. He encontrado unos personajes más elaborados y sus conflictos internos les han dado mayor complejidad. Se nota la evolución de la autora respecto a sus primeras publicaciones, puliendo detalles que le sientan muy bien a sus tramas. Sus novelas me resultan muy entretenidas ya que gusta de adornar sus romances con pequeños misterios que aportan frescura a la historia. Por si os interesa os dejo el enlace a las entregas anteriores Me casé con el duque - Me enamoré de un lord
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Gracias a Titania por el envío del ejemplar