Algunos consejos prácticos para evitar que un disgusto se convierta en un desastre
Todo el mundo va con móvil encima y todos estos móviles almacenan media vida. Así que en caso de que te roben, es esencial la rapidez y no despistarse. Lo digo desde la experiencia de un robo en la familia que no sólo fue del teléfono. También se llevaron 22.000 euros de dos cuentas.
Si te roban el móvil, será mejor que abandones cualquier esperanza de recuperarlo. Lo digo porque probablemente se te ocurrirá llamar a tu número y si te contesta alguien es muy mala señal. Van a intentar entretenerte con cualquier excusa y accederán a quedar contigo para devolvértelo, pero dentro de unas horas. Ese es el tiempo que necesitan para entrar dentro del aparato, romper las barreras de seguridad y desplumarte. Así que lo primero, en cuanto eches en falta el aparato (y compruebes que no está en tu casa, claro) es llamar a tu operador de telefonía y pedir el bloqueo de la SIM. Esto es esencial, porque así bloquearás los intentos de acceder a la app de tu banco. Eh, pero yo no tengo anotada la contraseña del banco en ninguna parte de mi móvil, dirás. Muy bien, pero puede ser que sí tengas una copia de tu DNI. O los datos aparezcan en un correo electrónico o en un whatsapp. Entonces, los ladrones solo deben contarle al bando que has olvidado la contraseña. Con DNI y fecha de nacimiento accederán a esta opción. Y como la doble confirmación se hace por medio del teléfono que te han robado…enseguida cambiarán las claves y empezarán a vaciar tus cuentas. ¿Cómo? Pues es nuestro caso, en cajero y con transferencias.
Entonces, ya has bloqueado la SIM de tu teléfono. El siguiente paso será llamar a tu banco para bloquear tus cuentas y tus tarjetas. Lo antes posible, para que no te acusen de «falta de diligencia» como nos ha pasado a nosotros, por llamar 3 horas después del robo. Un robo que, en nuestro caso, fue al bajar del autobús. Uno te distrae preguntando cualquier cosa. Y otro te echa mano al bolso o al bolsillo.
Una vez resulto el tema del operador telefónico y del banco, recomiendo acceder desde un ordenador a tu correo electrónico y tu Whatsapp o Telegram y cambiar las contraseñas. Si los ladrones han averiguado datos curciales ha podido ser por aquí.
Y ya sólo quedar ir a la policía a formular denuncia, con el número IMEI del teléfono en la mano. La denuncia será imprescindible para cualquier reclamación antes el banco o ante tu seguro de hogar, que en algunos casos cubre estos robos.
La desagradable experiencia nos ha dejado además otras enseñanzas. Por ejemplo, utilizar los datos biométricos (huella o reconocimiento facial) para desbloquear el móvil. Si te roban en el metro, en un vagón de tren o en el autobús, si abres con huella los ladrones no podrán copiar nada. Pero si usas un número PIN o un patrón, sí pueden observarte atentamente y tomar nota. Y ya tendrán la llave para entrar a tu teléfono cuando te lo hayan robado.
Otras cosas que recomiendo hacer es limpieza en correo y Whatsapp para no guardar datos comprometedores. Y, ya puestos, cifrar con huella aplicaciones como estas dos o las de los bancos. En este último caso, mi teléfono me permite tenerlas ocultas de la lista general y escondidas bajo huella.
Personalmente creo que con los sistemas bancarios antiguos estábamos más seguros. Me refiero a cuando te daban una tarjeta de coordenadas para hacer operaciones. La dejabas en un cajón y la usabas cuando era necesario. Nada de dobles confirmaciones telefónicas que, al final sirven para ponerle puente de oro a los ladrones.