Revista En Femenino

Me siento fea

Por Clara Ingeniera @mamaingeniera

Esto es algo que yo tenía muy claro que pasaría. Embarazarse, deformarse y luego, ¿recuperarse? Esto último ya no lo sé, pero sí que sabía que habría un punto en el que no estaría feliz con mi cuerpo, y ese momento ha llegado. Me siento fea.

diastasis

Pero vamos a remontarnos al inicio de todo esto.

Yo nunca he sido una chica “delgada” como tal. Nunca he tenido sobrepeso, eso es cierto, pero tengo un cuerpo cuadrado que tiende a acumular la grasa en el abdomen (nada en el culo ni en las piernas, algo es algo), por lo que JAMÁS, he tenido cintura.

Miento, sí que he tenido cintura, pero cuando he vigilado al 100% mi alimentación (que no dejar de comer, sino comer bien siempre) y he hecho deporte casi cada día. Y aún así, tampoco ha sido cinturilla de avispa.

Hablo del año 2014, cuando abrí este blog que yo me encontraba en el paro, comía super sano sin pasar ni una pizca de hambre y salía a correr mis 13 km día si, día no. Además, hacía pilates en casa a través de un canal de Youtube de una chica majísima. Recuerdo aquella época diciendo que “yo estaba buena“.

Tuve cintura, abdominales, estaba fuerte, sin dolores de espalda. Las endorfinas del deporte me ayudaban a lidiar con los meses eternos de búsqueda del embarazo. Pero entonces empecé con las hormonas de la FIV y no me importó nada más que conseguir mi ansiado embarazo.

El verano pasado fue ideal, luciendo tripita de embarazada. Me sentía guapa hasta teniendo lorzas (esas odiosas muffintop) porque cuando me preñé, estaba unos 3kg por encima de mi peso ideal (y todo en el abdomen, recordad que yo engordo de ahí). Digamos que era un botijillo.

Después de parir, no tenía tampoco ningún problema con mi cuerpo. “Esto se irá arreglando”, pensaba. Y aunque recibí algún comentario poco afortunado el mismo día del parto de una persona muy muy cercana cuando yo estaba traumatizada por la mierda de parto que había tenido y necesitaba más apoyo que críticas, me dio absolutamente igual. Yo sabía que el útero iría haciéndose pequeño poco a poco y con él, la barriga fofa iría desapareciendo.

Pero ahora, ha llegado el verano de nuevo, y otra vez, me encuentro sin nada que ponerme.

El año pasado me compré 4 vestidos (que no eran premamá) con el que lucía barriguita y me servirían para cuando no la tuviese. Si me ponía leggins, usaba camisetas enormes de mi marido, y tan feliz.

Este año, no me sirven ni mis camisetas de antes de preñarme (son muy ceñidas y parezco una butifarrilla) ni los vestidos del año pasado (se me marca mucho la barriga y las tetas no me caben).

Mi barriga ya no está tan fofa como después del parto, pero la diástasis sigue ahí. Amanezco con el vientre plano, pero por la noche, parece que vuelva a estar embarazada.

Dispongo de herramientas como Bwom, para hacer hipopresivos y tal, pero me falta el tiempo. No os voy a engañar, cuando tengo un poco de tiempo libre para mí, me apetece sentarme aquí y desahogarme. O bien, grabar vídeos. Mi vía de escape es mi vida 2.0.

Fui de compras hace poco y no vi nada. Cargué con 4 camisetas básicas y nada más, porque no tengo el cuerpo para crop tops. Camisetas anchas y que me permitan subírmela para dar teta a Bichito si se requiere.

Y yo me siento fea. Entre mi cuerpo amorfo y mi rosácea pustulo-purulenta (solo el nombre ya da asco infinito) que me ha llenado la cara de granos tipo pajeros, estoy que prefiero no salir de casa. Además, es que tengo que huir del sol.

Sé que tengo que quererme tal y como soy, y que si me esfuerzo en comer bien y en hacer algo de deporte, esto se arreglará. Pero ¡jo!, estoy bastante de bajón con este tema e intento por todos los medios aceptar mi cuerpo tal y como es ahora.

Porque soy consciente de que he sido inmensamente afortunada pudiendo gestar una vida dentro de él, pero echémosle la culpa a la sociedad, que pone de moda los crop tops y pantalones no aptos para culos-carpeta como el mío.

Y por eso me he hecho la foto que habéis visto en la cabeza de este post. Enseñando mi barriga, así, en plan liberación. Sigo teniéndola bastante amorfa, y el lunar que tengo dentro del ombligo (que o bien parece un piercing o un moco), está más negro y feo si cabe. Además, por un lado tengo más cintura que por otro, aunque creo que esto es lo que queda del problema de espalda con el que nací.

¿Cómo estaban vuestros cuerpos 6 meses después del parto? ¿Alguien me arroja un poco de esperanza? ¿La diástasis se arregla, o seguiré teniendo “minibarriga de embarazada” hasta el final de los tiempos?


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