¿Cuántos de vosotros habéis empezado el día con un «estoy triste» y habéis tenido un día miserable? Levantad la mano.
La tristeza es un sentimiento que nos afecta muy negativamente. Nos quita las ganas de trabajar, de estar con la gente que queremos, de luchar por lo que queremos conseguir, nos hace estar enojados, cansados, impacientes etc. Esa simple frase, «me siento triste», nos hace llevar unas gafas oscuras y que todo en nuestra vida se vea negativo.
IMAGEN CORTESÍA DE PIXAR ANIMATION STUDIOS INSIDE OUT (animation, pillas?)Entonces, ¿qué podemos hacer cuando nos sentimos tristes?
Lo primero que tenemos que identificar es de dónde está saliendo ese sentimiento, es decir, cuál es la causa por la que nos sentimos de mal humor, desganados, tristes, etc.
Lo que sentimos hoy, es fruto de lo que comimos ayer. Cuando decimos «me siento triste» lo situamos en el presente, relacionamos nuestro estado de ánimo al momento en el que vivimos y olvidamos muchas veces lo que ha pasado hace un tiempo, puede ser minutos, horas o incluso días.
La tristeza nace normalmente de situaciones o experiencias negativas. Tanto si alguien nos rechaza, nos desprecia, nos decepciona, como si nosotros somos los que rechazamos, despreciamos o decepcionamos, nacerá una energía negativa que llevaremos con nosotros durante un tiempo. Esa energía puede hacer que nos sintamos tristes en ese mismo momento, o bien que lo hagamos en un futuro y ya hayamos olvidado el porqué.
Para saber porque estás triste, haz una lista de situaciones que creas que te hayan podido afectar. Si dudas, escríbelo. Cuanta más información recopiles, mejor. La idea es descubrir que situación (o cúmulo de situaciones) ha hecho que te sientas triste.
Una vez tengas la lista con posibles motivos por los que hayan nacidos esos pensamientos negativos, es momento de luchar contra ellos. Tenemos que entender la diferencia entre el origen del problema y el resultado del problema.
El origen del problema es la situación que ha provocado esa energía negativa, ese «me siento triste». Si somos capaces de solucionar el origen del problema, de resolverlo o de alejarnos de él, no quiere decir que estemos eliminado el resultado o la consecuencia de dicho problema.
Imaginad que toda confrontación produce una herida emocional. El deshacernos de esa fuente de confrontación, es decir, esa situación o persona tóxica, nos ayudará a no recibir más heridas emocionales de esa fuente. Sin embargo, las creadas anteriormente ya han producido una cicatriz y tenemos que aprender a vivir con ella, es decir, tenemos que aceptar las consecuencias, aceptar la tristeza.
No por dejar de montar en bici, nos desharemos de las cicatrices de las caídas que ya hayamos tenido
¿Qué significa aceptar la tristeza?
La tristeza nos provoca sentimientos internos como ansiedad, malestar y angustia. ¿Por qué decimos que tenemos que aceptar esa situación?
Aceptar la tristeza no es aceptar la situación.
Comentábamos antes que teníamos que entender la diferencia entre el origen del problema y el resultado del problema. Lo único que puedes controlar es el origen para que no vuelva a producir más problemas. Sin embargo, el resultado ya se ha producido, no puedes cambiar el pasado, solo el futuro.
Aceptar la tristeza es aprender a vivir con el resultado de un problema. Por ejemplo, si confiastes en alguien y te ha fallado, aprende a vivir con (o sin) esa persona sabiendo lo que ha pasado. No puedes cambiar lo que falló, no puedes volver atrás y no confiar, solo puedes aceptar y aprender de esa situación para no volver a cometer los mismos errores.
Nunca te arrepientas de nada en la vida. Si fue algo bueno, maravilloso. Si fue algo malo, es experiencia.
Me gustaría compartir los siguientes hechos que te ayudarán a aceptar situaciones negativas:
- Al 10% de la gente que conoces no le gustas.
- Si siempre estás cambiando para satisfacer a otra persona, recuerda, estás cambiando un 10% de gente a la que no le gustas, por otro 10% de gente a la que no le gustas.
- La gente daña a otras personas para compartir un dolor interno al que no quieren enfrentarse por si solos.
- Si la gente te trata mal y sigues dándole vueltas, eres tú el único perjudicado.
- Huir del origen del problema, no te aleja de la consecuencia del problema.
- Una persona y su opinión no son la misma cosa. ¿Cuántas veces nos sentimos atacados personalmente por no compartir una opinión?
Para aceptar la tristeza y seguir hacia delante tenemos que abrir los ojos. ¿Cuántas veces nos quejamos por algo y cuando nos cuentan un caso peor, nos damos cuenta que lo nuestro no era para tanto?
Buscamos esa negatividad porque es más sencillo encontrar excusas, que luchar para salir de un círculo vicioso de pensamientos negativos. Nos gusta quejarnos del fallo que cometimos en el pasado, en vez de luchar para solucionar la consecuencia del presente.
Si estás ahora en esa situación de «me siento triste y no se qué hacer», te sugiero que respondas a las siguientes preguntas:
- ¿Estás triste por algo que ha sucedido en el pasado?
- ¿Puedes hacer algo ahora para cambiar el pasado?
- ¿Merece la pena seguir pensando en lo mismo?
- ¿Estás inventando excusas para no hacer algo y solucionar el problema?
- ¿Por qué estás leyendo esto en vez de empezar a aceptar la situación y buscar soluciones para no estar triste?
Tú eres quién decide. Tú eres quién puede. Tú eres quién hace. Tú eres quién elige.
¿A qué estás esperando?
BIO
Mi nombre es Mario Acevedo y soy una persona muy pragmática, capaz de encontrar siempre soluciones y de conseguir cualquier objetivo que me proponga. ¿Mi secreto? Dominar la inteligencia emocional y ser capaz de poner todo en perspectiva. No hay nada blanco ni hay nada negro, todo en la vida es gris. Me gustaría ayudarte a tener esa inteligencia emocional que te ayude a salir de situaciones que parecen imposibles, que te ayude a no parar, aunque tu mente diga basta, que te ayude a tener éxito y superar adversidades.