Me tiemblan las piernas, al volver a pensarteMe tiemblan las manos, al intentar conseguirteMe tiembla el alma, del reto a enfrentarmeMe duele hasta el tuétano, de querer terminarte
No encuentro mejor forma de comenzar esta entrada, que con estos cuatro versos. Hace unas semanas realicé la preinscripción a los 101 de Ronda de 2018. Mis esperanzas eran limitadas. Después de dos años intentando conseguir dorsal (sin éxito), estaba tranquilo.
El día del sorteo para marcha individual: 14 de Enero de 2018. ¿Cuándo se me ocurre mirar la fecha del sorteo?: el 13 de Enero de 2018. Soy tan despistado y tenía tan pocas esperanzas este año, que casi se me olvida el día clave. Amo esta prueba, pero no me considero fanático.
El 13 por la noche, le pido a mi novia un favor. Mañana a las 9:30 ayúdame. Mete mi código desde tu ordenador. Vamos a atacar al sistema por dos bandas. Sé que hay gente que le pide a varios amigos meter su código, multiplicando con ello (supongo), las oportunidades de que la petición quede dentro de los cientos de miles de peticiones de todo el mundo.
A las 9:30 Emilio (que está saliente de guardia después de una noche de mierda), se planta delante del ordenador con 7 pestañas abiertas, con el código introducido dentro de cada una. A las 9:50 corto el whatsapp video con mi novia. Toca preparse para el momento. ¿Preparados?
Si os soy sincero, todos los años tengo muchas ganas de conseguir plaza. En 2017 estuve temblando delante de la pantalla los diez minutos antes. Este año estaba muy tranquilo. Si pillaba plaza pues genial, y si no...ya encontraría la forma de volver a correrla. No hay prisa.
Son las 9:59:50 presiono el "enter" y lanzo el primer ataque. La página no responde: demasiadas peticiones. El sistema saturado. 9:59:55, no responde. 10 AM ataco con las pestañas restantes. Nada de nada. El sistema se ha vuelto a saturar (como es lógico). Cierro el cuadro de diálogo y empiezo a pulsar como un loco el botón. 10:00:30. La página responde...
¡Inscripción con plaza! Por primera vez en mi vida, no entro en lista de espera (como me ocurrió en mi primer 101) si no que tengo plaza. ¡Tengo plaza joder! Voy a tener la oportunidad de resarcirme de la dolorosa (aunque increíble) experiencia que tuve en 2015.
Y si, estoy temblando por dentro. Le tengo muchísimo respeto a este evento. Pese a ser uno de los más seguros y más organizados del panorama, son muchísimos kilómetros. Es un día entero caminando, subiendo, bajando, sufriendo física y mentalmente.
No basta con tener dorsal. No basta con un entrenamiento, una nutrición, un equipamiento. Nada te asegura al 100% que puedas acabar la prueba, nada. En estos meses tocará prepararla concienzudamente a nivel mental, muscular y revisar fallos anteriores.
A todos los que compartís este sentimiento de ilusión, de nerviosismo, de orgullo...daros la enhorabuena. Tenéis la oportunidad de correr una de las carreras más bonitas y emocionantes del mundo. Preparadla a conciencia, informaos bien, valorad la suerte que tenéis por haber logrado un dorsal. Hay muchos que se han quedado fuera, no lo olvidéis. Y a los que no han podido conseguir dorsal: tarde o temprano llega, a los 101 le queda mucha historia y ediciones por delante.
Si tenéis cualquier duda, cualquier comentario o necesitáis consejo sobre los 101 (aunque yo no sea ningún experto en este tipo de pruebas, sólo he corrido una edición): aquí me tenéis. Nos vemos en unos meses. ¿Dispuestos a dar lo mejor de vosotros mismos? Salud, y kms.