Hay momentos en el día que corremos como locas: que los chicos, el trabajo, la vida social, la casa, la ciudad, tenés mil cosas en la cabeza que te dan vueltas. En la mía los pensamientos muchas veces son desplazados por otros y por otros y por otros.
La vida de hoy nos hace andar aceleradas casi todos días. Tenemos compromisos nuestros y de los chicos. Queremos aprovechar cada momento y hay veces que dejamos que lo urgente le quite tiempo a lo importante: disfrutar de la vida.
Para mí tomar un café, quizás a media mañana, cuando la banda ya está en el cole y yo a punto de arrancar a trabajar vale oro. Es el momento ideal para parar la pelota y pensar en el día, la semana, el mes o las metas que me puse allá a lo lejos.
Tengo mi lugar “siempre ordenado pese a los chicos” con ricas fragancias y algo que adoro para este momento es que me acompañen fragancias que están buenas. No soy de poner tanto en el ambiente pero sí me encantan las cremas de manos con esos olores que te acompañan y te hacen sentir bien.
Quizás puedas pensar que estoy loca, pero soy de las que se ponen perfume para dormir o quizás para estar en casa más que para salir. Es que ahí yo lo disfruto. No siempre hay que usar las cosas así como dice el paquete, sino que podés hacer el uso que más quieras. Los chicos me preguntan qué porqué me pinto las uñas para ir a dormir: no sé, me gusta hacerlo a la noche, después de cenar con todos los chicos haciendo tareas o jugando entre ellos.
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