Me Verás Volver
La marea se la llevó momentáneamente.
Y a la siguiente ola ella volvió a la orilla, para irse de nuevo y volver a venir, siempre libre, cada vez con más fuerza.
No sentí tristeza al verla partir, pues yo sabía que ella siempre volvería pronto de sus cortos viajes. Viajes que eran parte de su propio ser. Ser ola sin dejar de ser arena; ser espuma sin dejar de ser playa; ser feliz sin dejar de ser mar.
Caminé despacio hacia la orilla y mojé mis pies en el mar de ella.
Mirando el horizonte comprendí que así es el amor verdadero: dejar que el otro sea lo que tiene que ser y esperar a que vuelva cuando tenga que volver.
Como la marea.
Sí, te veré volver. Te espero.
Siempre te esperé.
Luis Cercós
Santiago, Chile