Nos reíamos de los americanos, pensábamos que aquí en Europa y más en España con nuestra dieta mediterránea jamas pasaría, ¿pero acaso estamos mejor?. Según las estadísticas lo cierto es que no.
Actualmente más de la mitad de los adultos en la Unión Europea tiene sobrepeso u obesidad, la cifra puede resultar sobrecogedora, pero uno no tiene más que mirar a su alrededor. Aún es más dramático en el caso de los niños, dado que en buena medida su salud depende de sus padres.
Hace unos días se publicaban los datos de una encuesta que venía a señalar que la prevalencia real de la obesidad infantil en España podría superar el 30%, si a eso sumamos los niños con sobrepeso realmente es para hacer saltar las alarmas.
El problema de tantos kilos de más es que se deteriora nuestro sistema circulatorio, y general la salud, si uno desde niño tiene sobrepeso tendrá mayor tendencia a desarrollar problemas cardiacos, diabetes, asma, artritis y otras enfermedades. Como consecuencia más gente acude al sistema de salud estatal y esto hace que aumenten los gastos en sanidad, haciendo que sea un lastre para la economía más que una ayuda para la sociedad.
No se trata de ser egoístas, realmente se trata de un problema serio y más cuando muchos países siguen sumidos en la crisis. Haya por 1998 los estados de la UE destinaban un 7,3% de su PIB en sanidad, en 2008 fue un 8,3%, donde un uno por ciento representa decenas de millones de euros.
Según un informe elaborado por la OCDE y Bruselas, la tasa de obesidad se ha duplicado en los últimos veinte años en la mayoría de los estados miembros, y se observó que uno de cada siete niños de la UE tienen sobrepeso o son obesos, cifras que se estima que irán en aumento.
Desde luego que por este camino vamos mal, debemos ser más responsables tanto con nuestra dieta como sobretodo con la de los niños, o lo que conseguiremos será hipotecar su futuro y reducir la esperanza de vida cuando debiera de ser al contrario.
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