Observad que los medicamentos culpables son casi todos antidepresivos. Eso ya se sabe hace tiempo pero quizá no es tan conocido que algunas de esas acciones tienen lugar durante fases de aumento o retirada (withdrawal). Hay que saber que muchos de los antidepresivos denominados atípicos actúan no sólo sobre la dopamina sino sobre la serotonina como los antidepresivos Inhibidores Selectivos de la Recaptación de la Serotonina o ISRS.
También comentábamos sobre que Adam Lanza, el joven autor de la matanza de Newton que acabó suicidándose estaba medicado con el fármaco Fanapt, el antipsicótico en cuestión. La información está recogida de la red aunque no he encontrado confirmación. Bloomberg ya hizo un informe crítico sobre este fármaco. Entre sus efectos secundarios están al parecer la hostilidad y la agresión. Hay informaciones específicas sobre ello.
Sobre esta cuestión de las armas, los psicofármacos, la violencia, hay una movida enorme en las redes americanas. En el centro de la cuestión está la creciente creencia de las masas americanas que las respuestas a los problemas de la vida están en armas y psicofármacos. La Rifle Association, diana de muchas de las críticas por su apoyo al mantenimiento y promoción de una población armada, se ha convertido en un incómodo aliado de los críticos con la violencia asociada a los medicamentos psicofármacos.
Este enlace del Journal of Clinical Psychopharm hay una revisión bastante decente de tres estudios a medio plazo sobre Fanapt (iloperidona) como mantenimiento en la esquizofrenia. Lo importante aquí es que entre las reacciones adversas están la ansiedad y el agravamiento de la esquizofrenia. Este último, nada menos que ¡en un 8,9% de los casos!