La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha alertado sobre nuevos y graves efectos secundarios de fármacos usados para resfriados y gripes tan conocidos como Bisolvon o Mucosan, ambos fabricados por el laboratorio Boheringer Ingelheim. Se trata de medicamentos fabricados a base de ambroxol y bromexina apreciados por sus efectos mucolíticos y para evitar la tos, muy usados en niños.
La Comisión Europea, que actúa basándose en los consejos de la EMA, ha decidido que se incluyan nuevas advertencias y efectos adversos en las fichas técnicas de ambos tratamientos aunque, como en tantas ocasiones, pospone una medida más rígida como la suspensión de su comercialización.
¿Y cuales son esos daños graves que pueden sufrirse por el consumo de esos productos? Pues reacciones cutáneas intensas tales como eritema multiforme, síndrome de Stevens-Johnson/necrólisis epidérmica tóxica y pustulosis exantematosa generalizada aguda.
Esas serían las reacciones adversas ya conocidas que se ha observado en estudios poblacionales que se han extendido y/o agravado. Pero además hay nuevos efectos secundarios:
Trastornos del sistema inmunológico como reacciones de hipersensibilidad o reacciones anafilácticas tales como choque anafiláctico, angioedema y prurito y también daños en la piel y el tejido subcutáneo como exantema y urticaria.
Ayer mismo publicamos que la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha emitido una alerta sobre incremento del riesgo de cáncer de ovario asociado a medicamentos indicados en Terapia Hormonal Sustitutiva (THS). La AEMPS se refiere a fármacos indicados en THS que contienen estrógenos o una combinación de estrógenos y progestágenos. También incluye tratamientos que contienen el principio activo tibolona y a los de marca Duavive (bazedoxifeno + estrógenos conjugados).
Como comentaba arriba y ocurre también en este caso, se mejora la información sobre los tratamientos aludidos pero los fármacos no se retiran hasta que los daños son tan graves y tan extendidos que el asunto se convierte en un escándalo.
Que cada vez veamos con mayor frecuenca este tipo de noticias tiene una doble lectura:
-La positiva es que está mejorando la farmacovigilancia y por eso cada vez se estudian más los medicamentos cuando ha comenzado su comercialización.
-La negativa es que, como observamos, existe una epidemia soterrada de graves daños provocados por tratamientos médicos. Esto apunta directamente a los fabricantes, que son los que guardan toda la información de cada producto.
Falta transparencia porque la industria se escuda en el “secreto comercial” para no revelar datos sobre efectos secundarios que conoce y que sólo cuando la población los sufre es cuando los investigadores independientes y las autoridades sanitarias interesadas pueden observarlos; cuando el daño ya está hecho.