En Estados Unidos y Europa, los medicamentos son la tercera causa de muerte, después de las cardiopatías y el cáncer – Peter C. Gotzsche
Ésta es la primera vez que recomiendo un libro que todavía no he terminado de leer. Me queda muy poquito, pero es que su contenido es tan fuerte, tan bestia que no podía resistirme. Por cierto, lo compré el mismo día que escribí El 90% de los artículos científicos publicados son basura.
El libro
El libro en cuestión es Medicamentos que matan y crimen organizado, de Peter C. Gotzsche, con el subtítulo Cómo las grandes farmacéuticas han corrompido el sistema de salud.
Antes de nada, aviso: por muy sensacionalista que parezca el título, no hace más que reflejar una más que probable realidad, teniendo en cuenta todas las referencias anexadas al mismo libro y la reputación del señor Gotzsche.
Antes de nada, aviso (II): por muy conspiranoico que parezca el tema, aquí no hay conspiración alguna. Como dice el autor, no es que una manzana esté podrida; lo está el cesto entero. El sistema se alimenta a sí mismo. Todos somos responsables –que no culpables–, también los propios consumidores. Ahora, en primer plano hay un culpable único bien claro, la industria farmacéutica, y en segundo plano está toda una retahíla de responsables “profesionales” que trabajan con/para ellos y que, seguramente más inconsciente que conscientemente, refuerzan su poder, es decir, científicos que adulteran la ciencia y sus estudios, políticos que sucumben a la presión de la industria, médicos que recetan medicamentos inútiles sin replantearse la información que les proporciona la industria farmacéutica, formadores que contaminan el conocimiento médico, y comerciales y comerciantes expertos en venderte lo que sea a cambio de una supuesta salud. En fin, todos estamos en el ajo.
Las acusaciones
En resumen, el autor dedica unas 500 páginas a detallar y demostrar exhaustivamente la certeza de sus acusaciones hacia la industria farmacéutica, que son fundamentalmente:
- Extorsión.
- Fraude.
- Delitos federales.
- Soborno.
- Malversación de fondos.
- Obstrucción a la justicia.
- Obstrucción a la investigación policial.
- Alteración de la declaración de testigos.
- Corrupción política.
- Publicidad engañosa.
- Estafa.
- Manipulación de estudios científicos.
- Homicidio.
¡¿Y por qué nadie demanda a Peter Gotzsche?!
Lo que más me llama la atención no son las acusaciones en sí, sino ¿por qué ante tan graves acusaciones nadie ha denunciado a este señor? Alguien que es, nada más y nada menos, uno de los mandamases de la Colaboración Cochrane, tal vez la organización independiente de investigación científica más importante del mundo.
La respuesta es obvia, y él mismo la da en esta entrevista: “Mi libro está tan bien documentado que no existe ninguna base sólida para lanzar contra él ninguna clase de reclamación judicial”.
O, dicho de otro modo, la industria farmacéutica no tendría argumentos para defender sus demandas ante un tribunal.
O, dicho de otro modo, la industria farmacéutica acepta su culpabilidad y no hace nada para no darle más publicidad al asunto.
No hay conspiración, pero sí responsabilidad
Ya lo decía, es un círculo vicioso en el que estamos metidos todos. ¿Cómo romperlo? Ejerciendo nuestra parte de responsabilidad:
1. Saliendo del círculo de la desinformación. El médico no es Dios –ya no. Es una persona normal que ha ido a la universidad y a unos cuantos congresos y se ha creído lo que le han contado, como todos nosotros, huéspedes de infinitos dogmas. Si él no se quiere informar, que no se informe. Desde luego estoy convencido de que cada vez hay más médicos –y los conozco– que sí se replantean la calidad de su formación académica. Infórmate y lee el libro.
2. Saliendo del círculo de la sobremedicalización. Estemos atentos a lo que digan Juan Gérvas, Salvador Casado, Paco Traver, Arturo Goicoechea o MuscleBlog. Vamos a recurrir a la medicina y a la farmacia en lo estrictamente necesario y de forma responsable.
3. Saliendo del círculo de la pasividad. Ni tenemos dinero, ni tiempo, ni fuerzas, ni recursos, ni conocimiento para hacer denuncias como las del libro. Pero sí tenemos conciencia y capacidad de decisión para no comprar más medicamentos, y para hacer eco de mensajes como éste, el de Peter Gotzsche:
La industria farmacéutica no trabaja para mejorar la salud de los ciudadanos, sino para obtener el máximo beneficio
Los postres: la psiquiatría se hunde y 10 mitos psiquiátricos desmontados
Por si te quedan ganas de torturarte, te recomiendo leer un artículo del propio Gotzsche, titulado “La psiquiatría se hunde”, donde desgrana los siguientes mitos:
- La enfermedad mental está causada por un desequilibrio químico en el cerebro.
- No hay ningún problema para dejar los tratamientos con antidepresivos.
- Los fármacos psicotrópicos para las enfermedades mentales son como la insulina para la diabetes.
- Los fármacos psicotrópicos reducen el número de pacientes con enfermedades crónicas.
- Los antidepresivos no causan suicidios en niños y adolescentes.
- Los antidepresivos no tienen efectos secundarios.
- Los antidepresivos no son adictivos.
- La prevalencia de la depresión ha aumentado mucho.
- El problema principal no es el tratamiento excesivo, sino el infratratamiento.
- Los antipsicóticos previenen el daño cerebral.