Me adentré en el mundo de la Medicina Naturista para poder ofrecer un tratamiento más integral y completo a las personas que acuden en busca de soluciones para sus dolencias. Para ello, estudié un Máster en Medicina Tradicional China (MTC) y, así, pude completar mi formación con esta terapia ancestral y con base, desde mi punto de vista, en la naturaleza y remedios que los occidentales hemos ido apartando para recurrir directamente a un “químico” (quiero dejar claro, antes de continuar, que no estoy en contra ni mucho menos).
Hemos dejado lo primario de lado. El conocerse a uno mismo e indagar aún más en el porqué de aquello que nos está alterando nuestro organismo, quizás podría ayudarnos a solucionarlo cambiando algo en nuestra alimentación que posiblemente fuese el causante de nuestra sintomatología.
En la Medicina Naturista y por tanto en la MTC se hace referencia a un Principio de Hipócrates:
Que tu alimento sea tu medicina”.
Aplicación de la medicina naturista
La Medicina Naturista es la ciencia, el arte de prever y curar las enfermedades del ser humano con carácter científico y tradición Hipocrática.
La teoría es muy bonita pero, ahora que empecé las estancias clínicas, te das cuentas de cosas que a veces pasas por alto o no les das la importancia que realmente pueden llegar a tener pudiendo ser el signo que el primer día de consulta nos hubiera guiado más directamente a la raíz del motivo de la visita y, con ello, a que el tratamiento fuera más beneficioso.
Espero que cada vez más personas se sientan motivadas a probar esta medicina naturista, que trabajándola conjuntamente con la Fisioterapia, la Osteopatía, la Kinesiología y nuestra propia medicina puede ser muy beneficiosa para los pacientes. De esta forma, el trabajo médico podrá ser tanto multidisciplinar como interdisciplinar. Así, el paciente sentirá más apoyo, comprensión e involucración por parte del terapeuta que no sólo le ofrece una posibilidad si no que le abre un abanico de opciones para poder encontrar solución a su consulta, siendo el resultado más satisfactorio tanto para el paciente como para el profesional que trabajando por separado.
Desde mi experiencia y observando, escuchando y volviendo a escuchar con atención lo que los pacientes explican aprendo que el síndrome que padecen es más sencillo de lo que en ocasiones pensamos.
Os voy a contar algo que antes de probarlo no me atraía pero al comprobar los resultados en los pacientes me ha ayudado gratamente al ver como alivia un alto porcentaje de la molestia que puede causar una contractura “crónica”. Son las llamadas microsangraduras con ventosa.
Se realiza un pequeño tratamiento manual para calentar y relajar el tejido, manipulando osteopáticamente si fuera necesario, y luego se practica la microsangradura que se deja actuar no más de 3 minutos. Después, se limpia bien la zona y se vuelve a descargar con un tratamiento manual. El resultado es muy satisfactorio.
Ahora que termina el verano os animo a que acudáis a un profesional cualificado y, si os da la opción porque lo considere óptimo para vuestro tratamiento, lo probéis. Es invasivo y precisará que se realicen pequeñas incisiones previas a la colocación de la ventosa que con el efecto de la succión drenará la contractura mantenida en el tiempo.
No dejéis que una pequeña dolencia acabe por convertirse en algo más.