¿Y a cuantos le aplicais medidas físicas rutinariamente?. Si la respuesta es "a muchos" o "a todos" o "a los que me mandan" etc. tenemos novedades... basadas en la evidencia.
El Joanna Briggs Institute acaba de publicar (volumen 8 del presente año 2010) una revisión sistemática (External cooling methods for treatment of fever in adults: a systematic review) que concluye que las medidas físicas NO son eficaces para la reducción de la fiebre en adultos hospitalizados en unidades de agudos. Sin embargo, el uso de estas medidas se asoció con una mayor incidencia de escalofríos. La idea surgió cuando los autores de esta revisión, observaron la aplicacion de medidas externas para el control de la hipertermia, de manera rutinaria (solos o conjuntamente con la administración de antipiréticos), y se fijaron como objetivo evaluar la efectividad de estas medidas físicas, y sus posibles complicaciones, en adultos febriles ingresados en unidades de agudos.
Las conclusiones que los autores extraen son que a la luz de los resultados de este estudio y dado que los métodos físicos de refrigeración requieren recursos humanos y materiales, no deberían utilizarse de forma rutinaria para tratar la fiebre en todos los adultos , hasta que se disponga de más pruebas. Podrían ser utilizadas en los pacientes cuyo estado no pueda tolerar ni siquiera un ligero aumento de temperatura o en pacientes que así lo demanden. Así mismo, se recomienda impedir el uso de medidas físicas en los pacientes que presenten escalofríos.
Aunque no se incluye al paciente pediátrico, y se habla expresamente del paciente grave, ahora tenemos otra herramienta basada en pruebas para poder ofertar el mejor de los cuidados a nuestros pacientes.
Traducción libre de Azucena Santillán