Revista Opinión

Mediocridad, estamos a un paso de la renta básica

Publicado el 30 enero 2017 por Elblogderamon @ramoncerda

No hay vuelta atrás, hemos conseguido hacer de la mediocridad la meta de [casi] todo ser humano. La nueva generación (por culpa de las anteriores) ha perdido la memoria histórica por completo y vive como esas malas hierbas sin apenas raíces, adheridas a la superficie de la tierra sin profundizar en ella.

Mediocridad es a lo que aspiran la mayoría, empezando por tantos universitarios que solo pretenden un puesto de funcionario para toda la vida; pero no de un funcionario cualquiera, sino de funcionario administrativo, sin complicaciones, sin apenas responsabilidades… pero con derechos, con todos los derechos. Nadie parece preocuparse por aportar nada y todos esperan vérselo todo hecho y tener de donde chupar; puede que ni siquiera quieran ser millonarios porque eso llevaría aparejada una cierta responsabilidad; casi que es mejor una renta básica, algo que permita sobrevivir sin complicaciones, sin pensar en el futuro, sin preocuparse de nada… El atontamiento definitivo de la sociedad.

#mediocridad

Nuestro destino es la mediocridad

Hace algunos años pensaba que exageraba cuando me venían a la cabeza estas imágenes (porque no son nuevas para mí), pero cada vez estoy más convencido de que, no solo no exagero, sino que estamos más cerca del abismo de lo que yo hubiera sido capaz de pronosticar hace apenas una década. Y es que la crisis, provocada o no, ha tenido mucho que ver con el aceleramiento de esta tendencia.

El sistema educativo en una mierda, los maestros y profesores han perdido la autoridad y son simples bedeles de guardería; ya no se premia la iniciativa ni el intelecto, ni se apoya la investigación; se persigue la opinión que se sale de los estrictos márgenes que nuestros gobernantes estrechan cada vez más y todo pasa a ser delito o, al menos, políticamente incorrecto y perseguible. Nacen diez nuevos impuestos cada año y se legisla más que nunca…

Pienso que la robótica y la inteligencia artificial que ya están aquí, aunque todavía no hayan hecho el desembarco definitivo, será el siguiente paso. Será entonces cuando habrá que acabar de aborregar al personal y nos convertirán en una especie de Matrix. Puede que no nos conecten a esos barreños de líquido que hacen soñar, pero sí nos echarán pienso (el justo) para que comamos sin tener que trabajar… ni pensar; especialmente pensar. Y llegados a ese punto… ¿Qué sociedad habremos colaborado en conseguir?

Mediocridad y prestaciones sociales

Hace apenas unos días lo dijo el señor Montoro en el Senado: más de catorce millones de españoles (uno de cada tres) ya cobra hoy en día algún tipo de prestación proveniente de las arcas públicas (del bolsillo de los otros dos de cada tres ciudadanos). Pero es que en esos dos de cada tres ciudadanos restantes están también los que no se encuentran en edad de trabajar, de manera que las cifras son todavía más alarmantes.

¿Alguien ha leído Un mundo feliz de Aldous Huxley? ¿Y qué me dicen de La fuga de Logan, de William F. Nolan y George Clayton? En esta última todo el mundo era también feliz, pero debía morir a los veintiún años (en la versión cinematográfica era a los treinta). A esa edad iban voluntariamente a ser dormidos en un sueño inducido que no era otra cosa que una muerte asistida [eutanasia]. Libertad (aparente) y felicidad (inducida) para todos hasta llegar la hora (prematura) de la muerte. Un lugar donde la mediocridad es la reina (como en nuestra sociedad actual) y donde está mal visto destacar o directamente no se permite.

Este año de 2017 está previsto que las prestaciones superen los 191.000 millones de euros, cuando hace diez años no se alcanzaron los 140.000.

Finlandia ya está experimentando con más de quinientas personas en relación a la renta básica, ese mínimo vital para llevarnos a Un mundo feliz. Y aquí en España, una aparente mayoría apunta también en esa dirección. Ya lo propuso el PSOE (ingreso mínimo vital), Ciudadanos (complemento salarial) y Podemos (renta mínima garantizada). Solo cambia el nombre; el objetivo es el mismo: Un mundo feliz controlado con la aspiración social a la mediocridad.

¿Y si resulta que al final la renta básica es la solución?

Ramón Cerdá


Volver a la Portada de Logo Paperblog