Tiene la nueva imagen de la Sra. Ryan un remoto parecido con Chucky, el muñeco diabólico del mundo del cine, o para no salir de Hollywood, la inquietante sonrisa del Sr. Nicholson en su papel de Joker; lejos quedan la frescura de la piel y de la mirada, en la imagen izquierda, y es que el discurrir de los años es inevitable, formando indudable parte de la elegancia, hacerlo, como los más elegantes gladiadores del circo romano, con una vaga sonrisa en los labios (que diría D. Camilo, el del premio).