Revista Videojuegos

Megaman X3 y la tristeza de ser pobre

Publicado el 02 mayo 2016 por Ludopharmacos @ludopharmacos

Como habrán notado, escasos y erráticos lectores que llegan en busca de descargas de dudosa procedencia, hemos estado, nuevamente más ausentes que vivos en estos lados digitales. Ya es absurdo seguir explicando los por qué y toda esa sarta de inexactitudes y mentiras, así que vayamos a lo que nos congrega siempre: los jueguitos.

En esta época de frío galopante y sobreviviendo a los últimos embates de la humedad porteña me encontraba yo encerrado en mi pieza ubicada en el barrio porteño de Balvanera, aprovechando el Wifi gratuito que un desprevenido vecino me estaba ofreciendo. Durante unos cuantos meses logré mantenerme colgado de la internet y aproveche para saciar mi ansia de World of Warcraft. Pero toda época de felicidad y evasión de impuestos siempre dura menos que un pedo en el aire y cuando me quise dar cuenta el terrible Disconnected from server apareció y todo se termino. Tuve que volver a mi vieja colección de infinitas ROMs y emuladores.

Así fue que llegue, entonces, al extraño mundo del Megaman X3. El juego salió en el 95′ primero para la SNES y luego fue relanzado para la Saturn, Playstation, 3DO e incluso existe una versión para PC. Nosotros, pobres usuarios de la Sega, solo pudimos conocer la Saga X cuando la más hermosa del amor llegó a nuestras manos.

Lo primero a destacar es que aquí debuta, por primera vez, uno de los personajes más entrañables e iconicos del mundo de Megaman: estoy hablando, por supuesto, del irascible Zero, o, como lo llamábamos en aquel entonces, el loquito de la espada. Vale hacer un previo repaso, y por qué no, una aclaración para todos los avispados como yo, que nunca tuvieron muy en claro qué carajo es eso de la Saga X.

Debido al éxito que estaba teniendo la saga de Megaman, los nipones decidieron ampliar el universo del juego y en el 93′ sale en Japón el Rockman X. La historia nos sitúa un siglo después, en el 21XX, cien años luego de la primer guerra entre Megaman y el simpático Doctor Willy. La X no es simplemente una letra, sino que en este caso se refiere a una nueva versión de Megaman, el Megaman X. Recuerden, pequeños caídos del catre, que el tipito azul es una creación de un científico loco. Este nuevo Rockman es más poderoso y tiene mejores features que su original, además de, por supuesto, tener menos píxeles.

Todos recordaran que en la Saga X aparecen ciertos items que no están presentes en ninguna de las demás: accesorios para mejorar la armadura o formas mas potentes de disparar el clásico blaster. Por supuesto que luego siguieron sacando cientos de Megaman y poco importo si el tipo era un X o uno normalito.

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Además, en estas entregas, Megaman X forma parte de un equipo mayor, los Maverick Hunters, un grupo que caza a otros robots “replicas” de Megaman, que se revelan contra vaya uno a saber qué y deciden romper todo, como siempre.

Es entonces en esta entrega como dijimos, que aparece por primera vez Zero. Nosotros, pobretones del tercer mundo, tuvimos que esperar hasta la aparición del Megaman X4 para la Playstation, donde recién ahí conocimos al increíble espadachín de los Maverick Hunters. Acá, lamentablemente, solo lo podremos usar en contadas oportunidades, ya que no se trata de un personaje seleccionable sino que aparece en determinados momentos: si llegamos a morir justo cuando lo estamos usando, no lo podremos manejar más.

Lo interesante de este Zero, que sinceramente no puedo saber si se da en otras versiones porque hay más Megamans que consolas, es que además de su clásico light saber tiene los blasters normales de Megaman; pero no solo eso, a la hora de ‘recargar’ el blaster para disparar con mayor potencia, Zero posee tres tipos de cargas: un gran disparo de blaster, otro más pequeño y por último, el light saber. Todo un despliegue loco de armamento.

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Y ya casi finalizando el juego, luego de usar a Zero por unos minutos más, este se encuentra al borde de la muerte y le ‘lega’ sus poderes a X, siendo posible que el azulado robotito utilice por única vez, creo yo, el tan preciado sable de Zero.

Dificil es decir algo sobre algún juego de Megaman, pues como todos sabrán, la mecánica no cambia jamás. Debo decir, sin embargo, que la música del X3 me pareció una total porquería, siendo quizás la peor de la saga.

Una cosa que si puedo decir, como para que este posteo no quede como un mero relleno para demostrarles que no estamos muertos, es a quién deben matar primero. Tantos años metido en el mundo de los Megaman me generó una especie de talento especial para descubrir cuál es el primer enemigo a vencer sin consultar ninguna guía previa. En este caso, el primero a derrotar será un robotote llamado Tunnel Rhino.

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Mi octavo sentido videojueguil me dice lo siguiente: en todos los Megaman, los primeros enemigos a derrotar son aquellos que de alguna u otra manera están relacionado con el elemento Tierra. Como bien dije al inicio, en TODOS los Megaman hay cuatro bosses referidos a los elementos. Puede ser que esto no se de siempre, pues todos sabemos que en el mundo existen dos clases de personas: los que primero derrotan a Gutsman, o aquellos que deciden empezar por Bombman; estoy hablando, por supuesto, de los jefes del Megaman 1.

Otra cosa que me acabo de dar cuenta haciendo un breve repaso por los distintos Megaman, es que los bosses de la Saga X tienden a ser robots mucho más gigantescos mientras que la Saga Clásica son humanoides como Megaman; quizás tenga que ver con que la Saga X está ambientada en un futuro distinto donde la guerra contra los reploids ya es total.

Mega-Man-Bosses

Como digo siempre, no lamento mucho haber sido un chico pobre con una simple Sega corriendo los tres primeros Rockman en el clásico cartucho “Megaman: The Willy Wars”. Fue gracias a esa versión que me convertí en un seguidor absoluto del loquito azul y cuando llego La Más Linda del Amor, es decir, la Playstation, conocí la Saga X, los Megaman 6,7,8 y 9 y el resto es historia.

No salgan de sus casas, bajen más roms, lean ludopharmacos y paguenme dinero.

Hasta luego,

Esteban.


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