Todos los análisis concluyen en lo mismo se mire desde una perspectiva económica, militar, social, política o cultural: Estados Unidos está mejor con el presidente Trump que con cualquier otro presidente en los últimos treinta años.
El trabajo de presidente de esta nación es el más complejo y exigente, dado que no sólo debes acertar con buenas políticas para la mayoría de la gente, sino que además esa gente debe percibir que lo estás haciendo bien. En el caso de Donald Trump, no sólo la gente percibe que lo está haciendo bien, sino extraordinariamente bien. Por esta razón, el presidente cuenta con un índice de aprobación muy elevado que no deja de aumentar entre distintas capas y sectores sociales. Una realidad que los medios intentan ocultar, pero que está ahí y es un fenómeno que crece.
Los estadounidenses percibimos que Estados Unidos está mucho mejor, más próspero y más seguro con Trump en la Casa Blanca. Este es el factor determinante que permitirá a buena parte de los candidatos republicanos trumpianos ganar en las elecciones midterm del 6 de noviembre. Fecha señalada para el tsunami republicano que barrerá el escenario político estadounidense. Los estadounidenses elegiremos a 35 de los 100 senadores, renovaremos los 435 miembros de la Cámara de Representantes, y a 36 de los 50 gobernadores del país.
El resurgir económico estadounidense, un milagro de Trump que desconcierta a sus oponentes y críticos, con cara de limón desde que el pueblo lo eligió presidente, junto con la reconstrucción de las Fuerzas Armadas, la desregulación y las reformas emprendidas, colocan al Partido Republicano en buenas condiciones para mantener el control del Congreso y asegurar el éxito de la agenda MAGA de Trump y la oportunidad histórica de devolver una mayoría conservadora sólida y amplia en el Tribunal Supremo. Una victoria trumpiana que se proyectaría durante décadas a través de las leyes.
Los movimientos estratégicos del presidente Trump ya le dieron la victoria en 2016 y ahora pueden ser también decisivos para apuntalar la victoria republicana en las elecciones de medio mandato. Movimientos en comercio internacional, como el nuevo acuerdo suscrito con México, o política exterior, con la desnuclearización de Corea del Norte o la campaña militar de verano en Afganistán, que ha permitido derrotar y hacer retroceder a los Talibán y seguir descabezando el liderazgo del Daesh, son sólo cuatro muestras representativas del éxito del presidente que están ayudando a movilizar a sus bases y votantes.
Trump está ganando claramente en comercio, diplomacia, economía, defensa y seguridad. Los votantes estadounidenses estamos orgullosos de tener un presidente que honra la grandeza de los Estados Unidos después de soportar a Obama y sus disculpas de nenaza por el país como si se avergonzara del mismo y de aprobar acuerdos y leyes en contra de los intereses americanos. Trump ha liquidado al ISIS y mantiene bajo control a Rusia y China, a reequilibrado las alianzas militares y las relaciones comerciales a favor de Estados Unidos, ha reforzado la identidad nacional estadounidense volviendo a las raíces culturales, sin memeces progres ni de ideología de género, ha recuperado niveles de creación de empleo récord y ha soltado las riendas de la economía, que crece de forma vigorosa; ha colocado a nuestras Fuerzas Armadas y veteranos en el centro de sus políticas de expansión y progreso.
Trump es muy popular y tiene credibilidad porque ha cumplido sus promesas al pueblo estadounidense. Una gran mayoría de estadounidenses nos sentimos más seguros, confiados y optimistas con el nuevo liderazgo de los Estados Unidos durante esta presidencia de Trump.
Los temas que preocupan a la gente, son los temas de los que el presidente se está encargando con solvencia: economía, soberanía, inmigración, comercio justo, realismo internacional, defensa, seguridad y empleo.
En noviembre, los votantes de Trump vamos a dar otra sorpresa a los medios progres, al Partido Demócrata y a los sectores de ultra izquierda que tratan de secuestrar los medios, las redes sociales y la calle con consignas anti Trump y ocultando los éxitos del presidente. Vamos a demostrar que no estamos cansados de ganar. Y que nuestra intención es arrasar en las elecciones midterm y en la reelección presidencial de 2020.