Como en sus mejores momentos, Rebus se lanza como un perro de presa a la persecución de todo aquello que de luz sobre ambos casos, pese a haber perdido su condición de policía y a que ni los delincuentes involucrados ni, a veces, la propia Policía estén demasiado interesados en aclarar esos sucesos.
Pese a este chocante Rebus, que no puede fumar, prácticamente no bebe y no puede enarbolar su placa policial, el autor nos regala con una narración vibrante, con un caso lleno de matices y dobles fondos, que nos muestra los rincones menos glamurosos del mundo financiero y nos sigue sobrecogiendo por el poder que las bandas de delincuentes tienen sobre aspectos muy importantes de nuestra vida cotidiana.los lavaderos de dinero negro
Un tema novedoso en esta entrega es el mundo del juego legal, bien sea en locales autorizados o mediante su práctica en Internet, y las muy inquietantes secuelas que pueden derivarse de esas actividades.
Por primera vez Rebus deberá enfrentarse a la contabilidad forense, y para ello precisará de sus antiguos colegas Siobhan Clarke y Malcolm Fox, que le permitirán cubrir aquellos campos a los que él no puede acceder por su condición de policía jubilado. Aunque en esta ocasión nuestros protagonistas tendrán que sumergirse en el proceloso y complejísimo mundo de los lavaderos de dinero negro y el mundo financiero, no por ello la historia perderá el ritmo y la tensión de las calles, y los delitos más a flor de piel, donde lo virtual y el universo digital no tienen aún acceso.Una magnifica entrega de una de las series más importantes de la novela policial de nuestros días, con un personaje, que, pese a tener que abandonar puntualmente algunos de sus hábitos más característicos, vuelve con una fuerza y una pasión que recuerda algunas de las más memorables entregas de esta canónica serie. Una novela que no deberían perderse.
RBA, 2018Compra en Casa del Libro