Hay un ejercicio de inspiración budista tan sencillo que está al alcance de todo el mundo. No necesitas sentarte a meditar ni interrumpir tus actividades cotidianas. Es tan fácil como contar. De 0 a 9 y de 9 a 0. Y vuelta a empezar. A un ritmo constante, ni apresurado ni muy lento, una y otra vez.
0... 1... 2... 3... 4... 5... 6... 7... 8... 9... 8... 7... 6... 5... 4... 3... 2... 1... 0... 1... 2... 3... y así hasta que decidas.
Parece sencillo, ¿no? Te sorprenderá la cantidad de veces que te descubrirás contando hasta el 14, 15 ó más, o las veces que te quedas atascado en el 0.
Puedes hacer este ejercicio como actividad única, sin hacer nada más, pero si quieres sacarle todo el partido prueba a practicarlo mientras realizas alguna otra actividad. Correr, fregar los platos, lo que sea. Si entrenas la mente para llevar a cabo un ejercicio constante, fácil pero exigente y que requiere atención (o te pasarás de números), desarrollarás la concentración y podrás aplicarla en cualquier otra tarea.
El Maestro Shouri, cuando era un joven aprendiz,
tenía la mente agobiada por las risotadas de los sabios. Creció con este ejercicio.