Si se sufren digestiones pesadas, se pueden probar estos saludables consejos antes de recurrir a los productos farmacéuticos.
- Comer con moderación. Promueve una vida saludable. En algunas culturas orientales se considera que lo ideal es comer hasta sentirse lleno en un ochenta por ciento. Cuando el estómago comience a digerir los alimentos, la sensación de hambre cesará.
- Masticar bien la comida antes de tragarla. Los hidratos de carbono necesitan ser previamente digeridos por la ptialina, una enzima alcalina que se encuentra en la saliva.
- Tomarse tiempo. Los líquidos también deben ser ingeridos lentamente, como los alimentos sólidos. El tiempo mínimo empleado para ingerir una comida debería ser de media hora.
- Evitar temperaturas extremas en alimentos y bebidas. El alimento excesivamente caliente, irrita la sensible mucosa del paladar y del esófago, y ello perjudica la salivación y la peristalsis (movimientos rítmicos de los órganos para empujar los alimentos).
- Evitar los líquidos helados. Cuando éstos llegan al estómago lleno de comida, los pequeños conductos que segregan el jugo gástrico se contraen debido al frío, con lo que interrumpen la digestión desencadenándose la putrefacción del bolo alimenticio. Cuando la temperatura del estómago se normaliza de nuevo, ya es tarde para iniciar una digestión correcta.
- El vino y la cerveza tomados con moderación son bebidas fermentadas que contribuyen a facilitar la digestión.
- Cocinar los alimentos de forma adecuada. Los panes o pastas de trigo cuya cocción ha sido insuficiente pueden ser indigestos. Las legumbres deben someterse a remojo como mínimo ocho horas antes de cocinarlas.
- Establecer un horario regular para las comidas y hacerlo en un ambiente tranquilo y relajado. El organismo responde mejor a rutinas horarias.