En este afán que tenemos, lógico por otra parte de mejorar nuestra memoria, seguro que en alguna ocasión hemos pensado o hemos tenido la tentación de pensar en la posibilidad de aumentarla con ayuda externa.
En época de exámenes hemos visto en revistas y televisión anuncios con determinados productos que ayudan a retener mejor, a mejorar la memoria, a facilitarnos el esfuerzo de fijar en nuestro cerebro todo aquello que normalmente se nos escapa.
Lo cierto es que aunque no existe la píldora mágica sí que hay estudios en los que están desarrollando medicamentos que de alguna manera frenan el riesgo de padecer enfermedades como el Alzheimer o ciertas demencias seniles.
Estos mismos medicamentos ejercerían sus efectos sobre personas sanas que los tomaran.
Existen en la actualidad numerosos estudios ya que el tema resulta de por sí apasionante. En algunos de estos estudios se han obtenido resultados satisfactorios en el incremento de la memoria simplemente por tomar determinados alimentos en nuestra dieta que al parecer favorecen el rendimiento memorístico.
Las consecuencias de este aumento de la memoria de forma externa, habría que contemplarlas desde diferentes puntos de vista. Por ejemplo, alguien podría decir que si tomamos algún tipo de medicamento antes de presentarnos a exámenes, oposiciones, concursos, etc, sería como hacer trampas.
Nos compararíamos con la situación de los deportistas y sus dopajes tan controvertidos. Habría que imaginar en las puertas de las aulas de exámenes u oposiciones o cualquier otro tipo de prueba, haciéndonos soplar, o peor aún, tomarnos muestras de orina antes de empezar. Surrealista ¿no?. Quién sabe a dónde se puede llegar en este tema.
Al parecer ya existe algún tipo de control de dopaje en los torneos de ajedrez, así que no creamos que puede resultar descabellada la idea.
De momento, las sustancias más comúnmente utilizadas en estas situaciones son más bien tranquilizantes o relajantes.
¿Qué opinas?