Uno de los motivos por los que bastantes personas piden ayuda en la consulta del psicólogo es por la mejora de la comunicación con los demás. Comunicación hablando en público, en pequeños grupos, a la hora del cortejo, con la pareja, con la familia… En este artículo me centraré en los aspectos de comunicación interpersonal, es decir, con aquellas personas significativas de nuestro entorno.
Para ello comienzo incluyendo un texto que me parece muy revelador, lo comentaremos más abajo:
Para poder comunicarme tengo que hacer
estas cosas: darme cuenta de ti (descubrirte).
Hacer que te des cuenta de mí (descubrirme yo mismo).
Estar listo para cambiar durante nuestra conversación,
y estar dispuesto a revelarte mis cambios.
Para que la comunicación sea significativa
debe estar viva.
Tienes que ir más allá de “ti y de mí”
y alcanzar el “nosotros”.
Si nos comunicamos realmente,
puedo aceptar que tu vida es distinta
y sin embargo participar de ella.
Y tú también compartirás la mía.
Saldremos de nosotros mismos
y seremos algo nuevo.
Para lograr este tipo de compartir
no puedo entrar en una conversación sujetándome.
Tengo que entregarme a la relación
aceptando lo que nazca de ella.
(Hugh Prather)
Cada una de las frases del mismo merece ser leída y releía. Efectivamente, para que la comunicación eficaz se dé debo ser consciente y conocerme a mi mismo, y tener el verdadero deseo de conocer al otro. A partir de ahí podremos afinar el canal para conocernos, pero se deben de dar previamente estas características. Esto es algo que podemos aprender y en lo que podemos formarnos.
Otro término clave es el de compartir con el otro, mis características, mis circunstancias, mi yo, con el ser que tengo delante. Abrirme de manera emocional, como dice en el texto “no puedo entrar en una conversación sujetándome” En tal caso sería una comunicación sesgada. Para combatir esto, disponemos de herramientas desbloqueadoras del carisma. ¿Qué es el carisma entonces? Esas cualidades que hacen que los demás quieran estar cerca de nosotros, que nos hacen atractivos y que, por tanto, de alguna manera también provoque que los demás quieran comunicarse con nosotros.
Finalmente, aceptar, no ir con las cartas marcadas, cada interacción tiene un devenir particular.Y lo más apasionante de todo ello es que mejorando nuestra comunicación, nuestras posibilidades de conectar, nos estaremos dando al mismo tiempo el permiso de ser nosotros mismos, sin máscaras.
(Si tienes alguna duda sobre este tema puedes escribirme aquí, también te animo a dejar un Comentario en la parte inferior del post)
Antoni Martínez. Psicología en Positivo. Psicólogo en Valencia y online.