Lo mío me ha costado. Vaya por delante que el número es aproximado, el otorgado en caliente y puede variar, sobre todo en los puestos más altos de la lista.
11. Nacidos de la bruma, de Brandon Sanderson. Habiendo leído primera y segunda parte y a la espera de caer en la nostalgia que supondrá terminar esta trilogía, este autor ha sido el gran descubrimiento anual en cuando a fantasía se refiere. Su manera de perfilar personajes, su forma de llevar historias corales y masivas de manera que se hagan amenas y esa particular magia que presentan los alománticos me hicieron caer ante El imperio final. Cuando más adelante narra un asedio y la trama se ensancha, Sanderson se confirmó como ese autor al que siempre podré recurrir (siempre-siempre, porque además escribe como respira).
10. It, de Stephen King. Este verano obedecí a todos aquellas voces que me instaban a leer la novela sin tardanza. La novela más terrorífica del autor (pues ya me diréis a quién no inquieta un payaso
comeniños) no podía no tener un hueco entre los mejores del año, puesto que se trata de un libro sumamente versátil que habla de la amistad infantil, del paso del niño al adulto, haciendo un retrato fidedigno de la sociedad americana. Sin duda la mejor novela del autor que he leído hasta el momento, no le tengáis miedo a su tamaño. Reseña.9. El extranjero, de Albert Camus. Dudaba de si poner esta historia más arriba en la lista, pero lo cierto es que la filosófica novela del escritor argelino, si bien me gustó (tanto como las siguientes), da la sensación de ser más y más disfrutable a medida que van pasando las lecturas. Sin duda es una lectura que impacta e impresiona, y que presenta cuestiones que hasta el lector menos acostumbrado a comprender señales será capaz de percibir.8. La casa infernal, de Richard Matheson. Permitidme esta licencia, amantes de la literatura realista con tintes existenciales. Si aún no os habíais enterado de que Matheson es, en este blog, como Faulkner en el pueblo de Amanece, que no es poco, entonces estáis muy perdidos. Si al hecho de que es un libro de Matheson se le suma que se trata de una novela de ese género redescubierto que es el terror, ya firmo por un periodo de ocho años y un día. Una historia adictiva y muy interesante, con una adaptación cinematográfica que merece la pena para echarse unas risas. Reseña.7. La subasta del lote 49, de Thomas Pynchon. Escribo estas líneas habiendo comenzado ayer el mastodóntico El arco iris de la gravedad, y a punto de tener un brote psicótico, pero os puedo decir que Pynchon es de lo mejor que me ha pasado este año a nivel literario (al mismo nivel que la creación del Man Pulitzer Book Award Project). En La subasta... hay de todo. Sectas misteriosas, personajes de dudosa identidad, gente que todavía queda por saber si existe o no... hasta una subasta. Todo ello dispuesto a ser leído con una sonrisa en la boca. Reseña.
6. La trilogía de Nueva York, de Paul Auster. Mi primera aproximación a la obra del autor de Nueva Jersey con cara inquietante supuso todo un desafío. Encontrar las supuestas conexiones entre las tres partes de la trilogía es una misión complicada y que no tiene por qué tener un final, pero que deja al lector con ganas entusiasmado. Un libro muy recomendable si queréis adentraros en el posmodernismo sin tener la sensación de no haber comprendido nada al final.
5. El libro de las maravillas. Cuentos asombrosos, de Lord Dunsany. Un año leyendo relatos sin cese me ha traído cosas muy interesantes (Munro, Cortázar, Dahl, Asimov... todos autores brillantes) pero sin duda el que se lleva el premio es mi adorado Dunsany. Por una narración impecable, por la magia, por la maravilla tratada como usual, por todo. De todos los relatos que he leído este año es imposible mencionar otro que no sea a este buen hombre, y creedme, he leído bastantes. Reseña.
4. El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez. ¿Una lista sin Márquez? ¡Imposible! Este año he tenido la oportunidad de leer cuatro novelas de Gabo, y siendo las cuatro maravillosas (se confirma como uno de mis oscuros objetos de deseo), no puedo sino decantarme por este libro, capaz de transmitir una tristeza tan pura y tan visual que me dejó impactada mucho tiempo. El amor... es Márquez en todo su esplendor, en su apoteosis, siendo lo más grande de la vida. Reseña.
3. La carretera, de Cormac McCarthy. Cito mi reseña: “(...) una lectura maravillosa, cruda y terrible. Esta vez sí que os la puedo recomendar a todos, no con seguridad de que os vaya a gustar, claro, pero sí con esa esperanza”. ¿Acaso alguien dudaba de que iba a estar en esta lista? McCarthy es un autor sonado, pero por alguna razón he esperado hasta este año para leerlo. En este caso hay una diferencia: me alegro de no haberlo hecho antes. Reseña.
2. Middlesex, de Jeffrey Eugenides. Solo podía haber un Eugenides en esta lista, y por eso hemos obviado Las vírgenes suicidas, que también podrían tener aquí un epígrafe. Middlesex, por todo lo que me transmitió, por su poder narrativo, por lo masivo de mensaje, por la historia, por Calíope y el resto de personajes, por todo, entra en este top 3 situándose, a un par de semanas de que terminase el año, como el que no podía faltar. Hay libros que llegan justo a tiempo. Reseña.
1. Lolita, de Vladimir Nabokov. Y llegamos. El sol está en lo más alto del cielo, y como no podía ser de otra manera, son Lolita y H. H. los que obtienen el honor de ser los protagonistas de la mejor lectura del año. La novela de Nabokov me sedujo por completo, y sí, es perturbadora, estremecedora, terrible, y lo más que me sale cuando hablo de ella es un balbuceo de “no sé qué decir”, pero eso da igual, porque es impecable y porque en el momento en que os sintáis preparados para afrontar su lectura deberíais hacerlo.
Se quedan fuera (pero los voy a recordar igual): Suave es la noche, de F. S. Fitzgerald. Escupiré sobre vuestra tumba, de Boris Vian. La niña del pelo raro, de DFW. Noches blancas, de Fyodor Dostoyevsky. Y To kill a mockingbird, de Harper Lee.
¿Cuáles han sido vuestras mejores lecturas?