La receta de hoy es tan fácil y tan buena que desde que la descubrí no he parado de hacerla. A mi peque le chiflan estos melindros y a mi familia también porque no paran de pedirme más y más.
En media hora los tenéis hechos y se necesitan muy poquitos ingredientes. Así que aprovechando que mañana es San Valentín si queréis sorprender a vuestros "amados" ;) con un buen desayuno no lo dudéis esta es la propuesta perfecta junto con un buen tazón de leche o de chocolate.
Veréis que tienen una textura suave y muy esponjosa y con el toque de la ralladura de limón o de naranja también quedan buenísimos. El único problema es que cuando empiezas a comer uno ya no puedes parar.
A continuación os dejaré la receta y espero que los probéis y que me contéis el resultado.
Feliz fin de semana!