Revista En Femenino
Siempre lo consigue. Aunque no lo pretenda. Es como si se guardara un enorme as en la manga para sorprendernos todavía más que la última vez. Pero así es la VIDA con mayúsculas: exultante, apasionante y sorpresiva. Mucho más que cualquier película o cualquier libro. Y como le pasa al agua en su discurrir hacia el mar, nada ni nadie puede interrumpir su fluir.Elena quería llegar a esa familia. Mi primo y su mujer lucharon hasta el extremo para que así fuera. Ni la enfermedad, ni las leyes, ni el "qué dirán" lo iban a impedir. Ni por supuesto el nombre que se le diera al "cómo": parto natural o cesárea, fecundación in vitro o inseminación artificial, adopción o gestación subrogada... El nombre de la cigüeña es sólo una etiqueta mental que ponemos, y las almas y la VIDA están por encima de ello.Elena ya lleva dos años con ellos. Esa familia es su sitio, sin lugar a dudas. Sólo hay que verla cómo se ríe y cómo crece rodeada de un amor inmenso. Es extremadamente feliz. Y por eso, hace algo más de un año, sus padres accedieron a contar su historia en televisión, para que los nombres y los "cómos" no le ganaran la batalla al fluir de la VIDA. Quienes los conocen saben lo que les debió costar, porque les caracteriza la modestia y huyen del exhibicionismo. Pero debían compartir su felicidad y su aventura, por si servía a otros, y de paso romper tabúes y prejuicios. El programa fue precioso, porque se centró en la parte humana, sin posicionarse ni tratar de convencer a nadie. Lo compartí en mi facebook, y mi primo pulsó el "me gusta". Y a raíz de eso, Kim, la gestante de Elena, lo vio por internet en Estados Unidos y se hinchó de llorar de la emoción. Su gesto con Elena había hecho que una familia fuera extremadamente dichosa. No hay mayor regalo que la vida y la felicidad. Y hay gente que es generosa hasta el extremo en ese dar. Por eso, tras ver el programa, llamó de inmediato a mi primo y a su mujer, y les compartió una locura. Sería sin duda la última oportunidad que tendría, por edad y por los partos anteriores de sus propios hijos. Pero había decidido por última vez ser de nuevo canal de VIDA para otra familia. Y quería que ellos fueran los primeros en saberlo, porque era mucho lo que habían compartido: muchos e-mails, muchas ecografías, muchas confidencias, muchas horas en el hospital...No hay nada como la generosidad y la gratitud para unir a las almas, y para que la VIDA con mayúsculas fluya. ¡Y vaya que si fluyó! No habría otra oportunidad así para que Elena tuviera un hermanito o hermanita. Hacía falta mucha valentía para dar el paso, y lanzarse al vacío, pero lo dieron. Se liaron la manta a la cabeza, y se pusieron manos a la obra.Ahora son familia numerosa. Lucía y Pablo acaban de cumplir un mes de vida. Y donde hubo preocupación y tristeza ante la enfermedad y ante una paternidad o maternidad frustrada, hoy brota un enorme gozo, y la VIDA sigue haciendo de las suyas. Podríamos contar las mil y una peripecias que tuvieron que vivir en los preparativos, durante el embarazo, y sobre todo en el regreso a España con los tres retoños. Podríamos hablar de los pañales que les está tocando cambiar, de las poquísimas horas de sueño, o de su nueva logística familiar. Pero probablemente eso es lo de menos. Nosotros hemos compartido unas horas con ellos, en nuestro regreso tras unos días de playa. Y contemplar a esos niños mientras les dábamos el biberón te reconcilia con la existencia. Ni preocupaciones, ni agobios, ni anhelos, ni prisas, ni ansias...Sólo SER y VIDA. ¿Hay quizás algo más importante? ¡Como para no apostarlo todo a esa carta!