
"El anciano yacía inerte en el suelo de la sauna. Estaba desnudo y su cuerpo se encontraba todavía húmedo. La pelota de golf en su boca dibujaba una imagen ridícula, casi grotesca."
Esta vez fueron las opiniones y esa guitarra tan llamativa. Una cubierta aparentemente simple en la que uno no puede evitar fijarse e ir notando detalles. Hoy traigo a mi estantería virtual, Melodía quebrada.
Conocemos al sargento Eutiquio Mercado, Tiki, el día que llega al escenario de un asesinato. El muerto es Guillermo Canals, un hombre influyente y adinerado que hará que su jefe le apriete las tuercas para que resuelva pronto el caso acompañado de su nueva compañera Elvira Sangenis. En un primer momento se trata de resolver el asesinato de un hombre poderoso, lo cual ya puede ser complicado, pero más aún cuando se empiezan a destapar conexiones que llevan a una trama de corrupción urbanística.
Camps opta por una novela en la que el ambiente del Rock N Roll funciona como banda sonora de fondo en una historia que nos permite recorrer Barcelona tras los pasos de su protagonista. Mercado es un sargento marcado por tópicos habituales que se hace un hueco por derecho propio mientras lucha contra adicciones ya pasadas, y aficiones presentes. Y sin embargo, el autor consigue sacar lustre a este personaje que avisa de sus rarezas al comienzo de la historia y nos muestra todas y cada una de ellas con la cotidianidad de quien convive con alguien hace años. Suelo ser muy crítica con los detectives (o sinónimo) en las novelas negras que ya veo desgastados antes incluso de comenzar una historia. En este caso, el aportar datos, conductas que lo humanizan, rutinas, costumbres tan comunes que lo desembarazan de ese almidón que tienen muchas historias, ha conseguido que me solidarice con él a medida que iba pasando las páginas. Tengo que decir, eso sí, que sus acompañantes pasan totalmente desapercibidos a su lado, casi como sombras.
La trama está bien resulta y consigue ir llenando cada hueco, cada variable que se nos plantea. Ya desde los primeros momentos, suponemos que la resolución del crimen no va a ser sencilla dada la posición de la víctima, sin embargo el autor nos conduce por caminos insospechados que van de la zona gay al conocido Montjuic; de las altas a las bajas clases, y también se cuela en algún que otro despacho. Al terminar el libro he tenido la certeza de estar ante una ecuación, como si Camps tuviera calculado el momento exacto de presentar a cada personaje, para que nada quedara fuera de su control. Y el resultado es una historia en la que queda todo explicado de una forma realista, que es, sin lugar a dudas, la mejor de las maneras de terminar una novela de este tipo. Sobre todo si el trasfondo es algo tan real como la corrupción urbanística, aunque aviso para quienes les resulte un tema engorroso... no hay planos urbanísticos interrumpiendo el desarrollo de la trama.
Melodía quebrada es una historia de asesinatos, sexo, música, presiones, corrupción y todos los ingredientes necesarios para que la historia fluya a un ritmo constante y con un final más que satisfactorio. Una novela francamente entretenida que me ha dejado esperando el siguiente caso de Mercado.
Cada vez está más claro que no hace falta salir de nuestras fronteras para encontrar historias de calidad. Y vosotros, ¿buscáis autores de vuestro país, o no os fijáis en esas cosas a la hora de comprar un libro?
Gracias
