Si ayer nos quedamos entre la segunda mitad del S. XIX y el primer cuarto del S. XX, hoy saltamos hasta principios de 1960, que es momento en que surge la Segunda ola del feminismo. Así como la primera ola se enfocaba en la superación de los obstáculos legales a la igualdad (sufragio femenino, derechos de propiedad, etc.), la segunda ola tenía una amplia variedad de temas, como la desigualdad no-oficial (de facto), la sexualidad, la familia, el lugar de trabajo y quizá de forma más controvertida, los derechos en la reproducción. Aún así, me voy a quedar hoy al principio de esta ola con una de las impulsoras más importantes. Espero hacer futuras entradas con otras autoras de esta misma ola y con la que queda, la tercera, que es en la que se encuentra actualmente el feminismo.
Simone de Beauvoir9 de Enero de1908 - 14 de Abril de 1986Escritora, profesora y filósofa francesa. Escribió novelas, ensayos, biografías y monográficos sobre temas políticos, sociales y filosóficos. Nació en París, en el seno de una familia burguesa con una moral cristiana muy estricta. Ella y su hermana pequeña Poupette, con la que mantuvo siempre una estrecha relación, fueron educadas en colegios católicos siempre bajo la rígida disciplina de una madre profundamente religiosa. Ya siendo una adolescente, se rebelaría contra la fe familiar declarándose atea y viendo en la religión una forma de subyugar al ser humano. De su padre, un abogado que dejó atrás su sueño de ser actor de teatro, heredó el amor por la literatura.Se fue a vivir con su abuela y empezó sus estudios de filosofía en la universidad de la Sorbona, donde se graduó en 1929. Aquel mismo año, conoció a Jean Paul Sartre con el que iniciaría una relación totalmente distinta a los cánones establecidos, basada en el respeto y la libertad de cada uno como individuo. Ella era su «amor necesario», en oposición a los «amores contingentes» que los dos conocieron de forma paralela: un pacto de polifidelidad, que renovaban cada dos años, se estableció entre ellos. Ambos cumplieron este pacto filosófico: él tuvo muchos amores contingentes, ella no tantos. Nunca se casaron ni vivieron bajo el mismo techo. Esta relación duró hasta la muerte del filósofo en 1980.
"Tengo que decir que no pensé en aceptar aquella propuesta ni un segundo. El matrimonio multiplica por dos las obligaciones familiares y todas las faenas sociales. Al modificar nuestras relaciones con los demás, habría alterado fatalmente las que existían entre nosotros dos. El afán de preservar mi propia independencia no pesó mucho en mi decisión; me habría parecido artificial buscar en la ausencia una libertad que, con toda sinceridad, solamente podía encontrar en mi cabeza y en mi corazón."
Se ganó la vida como profesora, profesión que ejerció hasta 1943 cuando tuvo que abandonar el centro educativo en el que impartía clases por la denuncia de una madre que se quejó de las ideas que había transmitido a su hija. Desde entonces, y hasta el final de sus días, dedicaría su vida a escribir su credo en distintos registros literarios.
Ese mismo año escribía en el París ocupado La invitada, su primera novela. En sus páginas reflejó una relación de tres que ella misma había experimentado. Sus ideas existencialistas sobre la responsabilidad personal y sus reflexiones sobre la libertad del individuo aparecieron también en sus siguientes novelas, La sangre de los otros (1944) y Los Mandarines (1954), por la que recibió el Premio Goncourt. Se suele inscribir su obra, exclusivamente, en la evolución del feminismo. Con ello se corre el riesgo de olvidar sus reflexiones sobre la creación literaria, sobre el desarrollo de la izquierda antes y después de la Segunda Guerra Mundial, sobre el dolor y la percepción del yo, sobre los linderos del psicoanálisis y, por supuesto, sobre las premisas profundas del existencialismo.
"El día que una mujer pueda no amar con su debilidad sino con su fuerza, no escapar de sí misma sino encontrarse, no humillarse sino afirmarse, ese día el amor será para ella, como para el hombre, fuente de vida y no un peligro mortal."
En 1945, junto a Jean Paul Sartre y otros eruditos del momento, fundaron la revista Tiempos Modernos que se convirtió en importante referente de la cultura y la política en Francia durante muchos años.
En 1949, con la publicación de El segundo sexo, se convirtió en precursora del movimiento feminista al describir a una sociedad en la que se relega a la mujer a una situación de inferioridad. Su análisis de la condición femenina, en ruptura con las creencias existencialistas, se apoya en los mitos, las civilizaciones, las religiones, la anatomía y las tradiciones. Este análisis desató un escándalo (fue considerado incluso pornográfico), en particular el capítulo dedicado a la maternidad y al aborto, entonces equiparado al homicidio. Describía el matrimonio como una institución burguesa repugnante, similar a la prostitución en la que la mujer depende económicamente de su marido y no tiene posibilidad de independizarse. Sus ideas sobre la emancipación de la mujer, el problema del papel en el hogar y de su faceta como madre como factores opresivos y como freno a su independencia se convirtieron en pilares de muchos grupos feministas contemporáneos y posteriores a ella.
En 1964, publicó Una muerte muy dulce, que relata la muerte de su madre. La eutanasia o el luto forman el núcleo de este relato cargado de emoción. A lo largo de su luto, a la escritora le acompaña una muchacha que conoció entonces: Sylvie Le Bon, estudiante de filosofía. La relación que unió a las dos mujeres era ambigua: madre-hija, de amistad o de amor. Sylvie fue adoptada oficialmente como hija por la escritora, y se la nombró heredera de su obra literaria y de sus bienes.
Fuentes: Wikipedia, Mujeres en la Historia