Revista América Latina

Memoria como afirmación – olvido

Publicado el 23 noviembre 2012 por Tetenoemi @TeteNoemi

Abya Yala

El mundo social es el lugar de luchas a propósito de las palabras que deben su gravedad -y a veces su violencia- al hecho de que las palabras hacen las cosas. La política es, en lo esencial, un asunto de palabras…
Pierre Bourdieu, en Cosas Dichas.

El pensamiento no se ve ni se toca, pero pesa. Está gravitado por el suelo que pisamos.
Carlos Cullen, aquí

Catigara

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La historia de nuestra América está atravesada, como la de su propia humanidad, y la de la humanidad toda en la que está inserta, de avances y retrocesos, venturas, desventuras, continuidades y recomienzos.

Para el filósofo Arturo Roig “la historia de los nombres de nuestra América”, como entidad histórico- cultural que es, es la historia de “un proceso de humanización” que requiere de “un grado de conciencia histórica” y por tanto de revalorizar “el proceso de acumulación de memoria”. Y del ejercicio de un pensamiento autónomo, agrego.

Nuevo Mundo, en contraposición con el Viejo Mundo, Indias Occidentales, en contraposición con Indias Orientales, América Española, América Portuguesa, Hispanoamérica, América sajona, el juego de los opuestos tuvo su contramarco axiológico en los contrarios “ser-no-ser”, “lleno- vacío”, “historia- naturaleza”, civilización-barbarie…

La América Nuestra con José Martí, y la de Carlos Bunge… La América Latina de Francisco Bilbao, y la América de los “europeos latinos”, del Alberdi de 1863… La Amerindia de los antropólogos y las ricas tierras de Amerrique (“tierra dónde sopla el viento” en lengua lenca) de Alberico Vespucci…

Si como dice David Viñas, “no nombrar es desmaterializar”, nombrar es, en este sentido, construir concreto, hacer presente, substanciar, que no es hipóstasis, sino subsistencia, corporeidad; y que no es tampoco desplazar de la mera existencia del nombre a la existencia de las cosas, ni a su posesión.

«Sostenemos – digo, con Francisco Bilbao – que el olvido de algún elemento necesario que entra en la concepción de la verdad es causa de casi todos nuestros errores» Así, por ejemplo, el olvido del absolutista es «el olvido del derecho de la libertad de todos». Ese «olvido» está además condicionado o causado, como el mismo Bilbao lo declara, por «la posición social», se trata, dice, «de una cuestión de mesa, de albergue, de rentas»

codNuttal

Alocución teatralizada de la epístola ficcionalizada del escritor Luis Britto García, publicada originalmente en el períodico El Nacional de Caracas el 18 de octubre de 1990 con motivo del llamado Día de la Raza (Fte. del audio: Argenpress/Multimedia)

Los Tupí-Guaraníes -pueblo volcado a enaltecer su lenguaje- tenían una esperanza, su memoria los proyectaba al futuro: Yvy Mara He’y “tierra sin mal”, en la que habitaban los antepasados, era promesa no prohibida a los vivos donde poder lograr el teko mara he’y, “vida sin mácula”. «Para los Mbyá – dice Bartomeu Melià – la tierra se engendra en la base del bastón ritual del verdadero Padre Ñamandú. Y en el centro de esa tierra que se está formando, se yergue una palmera verde-azul; otras palmeras se levantan, marcando, a manera de puntos cardinales, la morada de los seres divinos y el lugar donde se origina el espacio-tiempo primitivo»

Al Norte se nombró como Ixachitlan, “lugar entre abundancia”, a la masa continental dividida en dos grandes porciones territoriales:

Se dice del Cem Anáhuac “la tierra rodeada por las grandes aguas” era el modo que nombraron los ancestros anahuacas al gran espacio-tiempo que habitaban desde las tierras de las fonteras de Canadá (de la raíz iroquesa kanata, “poblado”) hasta Nicanahuan, “hasta aquí Anáhuac” (actual Nicaragua); Se dice del Tahuantinsuyu, “las cuatro esquinas del mundo” era el territorio que se extendía desde la actual Panamá (“en donde abundan peces”) a la Patagonia.

Ma’ya’ab fue el nombre original maya de la región peninsular que hoy se conoce como Yucatán (uh yu ka t’ann, “oye como hablan”)

Abya Yala “tierra madura y vital”, nombraron los pueblos kunas al Ixachitlan de los nahuas, y hoy es el modo como han decidido los pueblos y naciones indígenas nombrar el continente que sus ancestros han humanizado.

photo of Teresa
Teresa N Alvarez Grupos de Estudio Bs. As., 1093 Argentina

Consultas:

Roig, Arturo A.: Teoría y Crítica del Pensamiento Latinoamericano, FCE, México, 1981.
Rojas Mix, Miguel, Los Cien Nombres De América, Edit. Lumen, Barcelona 1991
Meliá, Bartomeu “La Tierra sin Mal” , en M.Marzal (coord.) Rostros indios de Dios.CIPCA/ HISBOL / UCB. La Paz, 1992., cit. en Ñande Reko.
Enciclopedia cubana, EcuRed: conocimiento con todos y para todos
Web del maestro Tlacatzin Stivalet, OMEACATL


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