Revista Medios
Luis de Oney que escribía en este mismo Diario, cuando se ignoraba que la montaña palentina tenía duende, cuando era desconocida para el mundo, decía con buena lógica que, la capital, donde pueden desarrollarse las campañas fomentadoras de iniciativas, está situada en la meseta, motivo por el que no alcanza a sacudir la apatía que reina en el ambiente. Decía eso, y que sólo hablamos unos pocos; bueno, ahora alguno más va animando las redes con imágenes siempre sorprendentes de nuestra montaña. Quiero repetir que no hay nada nuevo bajo el sol y que lo que hoy sugerimos ya lo sugirieron otros antes. Dos son los puntos que debemos abordar, decía en aquella crónica de los setenta, cuando ya se apagaban las minas y la gente comenzaba a emigrar en busca de un futuro: "la propaganda de las cualidades extraordinarias que reviste la montaña palentina y, vestir los pueblos y aldeas con las comodidades que el turista y el veraneante exigen." Dos premisas que relativamente se han cumplido, aunque muy lentamente y, en la mayoría de ocasiones, demasiado tarde. Incluso, en unos párrafos que añade más adelante, sugiere la creación de una Liga que puede llamarse "Amigos de la Montaña", "Amigos de Palencia", constituida por elementos entusiastas que organicen excursiones y den a conocer los grandes valores que encierra nuestra tierra. Y también eso se ha cumplido con creces. Ahí está para muestra nuestra página de facebook que ya atesora 8000 seguidores; montaña palentina, montaña viva, 3500; otros mil en la página de "Orígenes", donde se van subiendo los artículos publicados en este diario. Club de Montaña Espigüete, paseando con frecuencia por esta zona; Club ciclista Montaña Palentina; Club de Montaña "Fuentes Carrionas", que se funda en 1973 y que con su activa participación ha dado a conocer la montaña a miles de personas... En definitiva, ni el correcto y apasionado mensaje de Luis de Oney, ni nuestra machacona insistencia con visiones de todo punto espectaculares, ni la proliferación de páginas en las redes sociales, ni la implicación generosa de este medio, han logrado un despegue definitivo. Tal vez quienes nos sigan, lo consigan.