Retomo el tema que inicié hace unas semanas, «Yo no defiendo a los malos profesionales»He comprobado con no poco asombro la enorme repercusión que ha tenido esta entrada, la cantidad de comentarios tanto en este espacio, como por mail, como en redes sociales... me ha sorprendido comprobar que hay tantos profesionales de la sanidad (española y no española) que se han sentido identificados.
Hoy, 8 de enero 2015, Chema Antequera -@defensorenferme- me ha invitado a que retomemos el tema y debatamos en twitter sobre este escabroso tema con el Hashtag #SanitariosDañinos. Me siento muy contenta de que podamos debatir libremente de este tema tan feo, que podamos abrir este melón podrido que tanto daño hace a las profesiones sanitarias en general y la enfermería en particular. Estoy sumergida desde que nació en la plataforma #EnfermeríaVisible y solo voy a defender la profesionalidad y calidad humana de las buenas enfermeras... del resto, no. Al resto voy a ponerlas en evidencia siempre que pueda y tenga ocasión. Nuestra profesión se merece que sólo seamos visibles los buenos y que arranquemos a los malos profesionales como si de un tumor maligno se tratara.
Me he visto en situaciones muy complicadas desde que inicié mi labor profesional hace más de 27 años ya, como auxiliar de enfermería (TCAE) y he denunciado muchas de ellas a mis superiores... superiores que no sólo no han hecho nada si no que han mirado hacia otro lado.
Esto me ha pasado a mí...
- He trabajado con enfermeros borrachos que no han sabido reaccionar ante una urgencia grave;
- He trabajado con celadores borrachos que han venido a amortajar a un paciente y se han tenido que sentar para no caer o que su peste a vino se olía a kilómetros;
- He trabajado con auténticos enfermeros kamicazes, capaces de coser cualquier herida que cayera en sus manos como si no hubiera un mañana... Sedas enormes en dedos o en cara, sin levantar curas durante días aunque lo sucio de la herida inicial recomendara una revisión diaria.
- He visto a auxiliares cuasi-ordenar a familiares y acompañantes que lavaran a su familiar si querían estar limpitos ese día... si no, ese día no tocaba.
- He visto como enfermos comían su comida fría porque nadie se ha dignado a calentarla... o las auxiliares han protestado cuando se les ha pedido.
- He visto sistemas de drenaje colgar de camas durante días y de palos de suero porque nadie se dignaba a llevárselos una vez retirados de la herida o de la sonda vesical;
- he visto quitar puntos con uñas de manicura por no ir a buscar unas pinzas adecuadas; hasta una supervisora me ordenó una vez quitar todos los puntos de la planta de pediatría que tocara retirar esa jornada con las mismas pinzas... alegando falta de material. Por supuesto, no lo hice.
- He tenido que ver cómo compañeros míos estaban sentados en el despacho del jefe comiendo pipas, mientras otros corríamos de un lado para otro atendiendo urgencias o atendiendo más de 60 números en la sala de curas, sencillamernte porque habían terminado con lo que les tocaba ese día.
- He trabajado con enfermeros que se quedaban dormidos en el control a la vista de todos y la supervisora nos pedía que no habláramos alto para no despertarlo
- He visto a enfermeros «convencer» a enfermos crónicos y familiares que no era necesario que se les fuera a curar a casa...y ese enfermero no iba. Aunque la situación del enfermo o el calibre de las úlceras así lo aconsejaran.
- He visto a enfermeros cometer errores en la medicación por no ir a revisarlo a la hoja de pautas... lo he visto como paciente.
- He visto... he visto dejar una planta de uci con un solo enfermero a diario desde las 14 a 15 horas y desde las 21 a 22 horas. Creo que con conocimiento de la supervisora, si no, no comprendo que se hiciera con tal asiduidad... de hecho a la jefa se la veía durante la mañana un segundo y después desaparecía hasta el día siguiente. Yo me negaba a dejar mi servicio antes de final de mi turno y se me tachaba de «tonta»
- He tenido noticia muy cercana de enfermeros que realizaban mal su trabajo de forma patente para todos y nadie hacía nada. Hasta que los familiares denunciaban... entonces, sí.
Esto es todo lo que deseaba contar hoy. Complementar lo que escribí hace semanas y dar la puntilla a lo que vamos a debatir hoy.
Y, por ahora, nada más... Cuidaos, por favor.