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—Buenas tardes, desearía que me diera todos los medicamentos que tengo en la tarjeta(*)La farmacéutica coge la tarjeta y la introduce en el lector. Lee y le dice:—Señora, tiene el Medicamento1 y el Medicamento2 disponibles. El Medicamento3 no lo puede sacar hasta el sábado... También le puedo dar el Medicamento4 y el Medicamento5.—Deme todos los que toquen, por favor —la señora estira el cuello sobre el mostrador intentando ver la pantalla de ordenador—. ¿Alguno lo han sacado del seguro?—pregunta la mujer.—No, pero tiene que pagar más por ellos...La señora niega con la cabeza e intenta de nuevo mirar, sin éxito, la pantalla de ordenador que contiene la información que le proporciona la farmacéutica.—No puede ser —su tono es casi un sollozo—. ¡Pero si hasta ahora... no pagaba!—Con la nueva reforma del Medicamento la cosa ha quedado así. Ahora debe pagar por las recetas que se lleva aunque sea pensionista, más o menos el 10%.La mujer vuelve a negar con la cabeza mientras dibuja en su rostro un gesto de horror.—¡Pero hija, si no tengo dinero, tengo a mis hijos y sus mujeres en casa... todos parados y la pensión no me llega! ¿En eso no han pensado?La farmacéutica hace un gesto de impotencia con los hombros y muestra un gesto de pesar en el rostro. no sabe que decir salvo que:—Señora, el gobierno lo ha cambiado en la última reforma... el repago.La mujer vuelve a negar con la cabeza mientras rebusca en el monedero. Se la oye murmurar palabras de impotencia. Las cuentas no le salen. Mira a la farmacéutica y poniendo una mano en la de la joven, quizá buscando comprensión, le dice:—Hija, no tengo más que 30 euros para la compra. No me puedo llevar todo lo que me falta... —medita unos segundos—. Dame el del corazón y el del azúcar, que me tocan ya y no tengo en casa. El resto no me los llevo.—¿No se lleva el de la circulación ni el de la tensión?—No, guapa, no me los llevo porque no me llega el dinero. Hasta el 25 no cobro y estamos a 10. Sin esos me tengo que apañar...La farmacéutica teclea y en su rostro muestra preocupación, una preocupación sincera. Dos de los tres medicamentos que la señora no se va a llevar son muy importantes para su salud. le preocupaba mucho el descontrol de su tensión o que no tomara el anticoagulante, tan importante para su enfermedad de corazón.La señora coge los medicamentos que la farmacéutica le da en una bolsita, paga lo que la joven le dice y sale de la Farmacia. La joven farmacéutica la ve marchar con pena e impotencia.(*)en Andalucía y otros pocos lugares de España, hay una forma muy útil de proporcionar medicamentos a pacientes crónicos con tratamientos prolongados. El médico de la seguridad social carga en la tarjeta de la Seguridad Social el tratamiento que considera adecuado; el paciente con esta tarjeta en la farmacia, que tiene el mismo software que el médico del seguro en su consulta, puede ir sacando los fármacos según se vayan acabando. Como se les pone dosificación y pauta no se pueden sacar antes de la fecha que se calcula se van a acabar. Un medicamento pautado 2 comprimidos al día, si la caja tiene 100 comprimidos, el paciente no podrá sacarlo antes de los 49-50 días. De esta forma se ahora en recetas y en consumo real de fármacos. Los tratamientos se renuevan cada año más o menos, con lo que se ahorran visitas al médico de atención primaria.-----ooooo00000ooooo-----¿Les suena? Sí, sé que a muchos esta situación les es conocida. Pues debo decir que no me la he inventado. Esto sucedió ante mí hace pocas semanas en la farmacia en la que compro con frecuencia y debo decir que me asaltó una pena inmensa: muchos enfermos deben valorar si comprar sus medicamentos o dar de comer a su familia en casa. Y en estos casos no hay duda: PRIMERO SE COME. Cuando leemos o escuchamos a la ministra afirmar con rotundidad que nadie está abandonando su tratamientos por tener que costear lago que ya han pagado en forma de recetazo o repago, me pregunto si la ministra Mato está informada o miente o se engaña... Todas estas posibilidades son deleznables y patéticas para un representante del gobierno cuyo supuesto único objetivo es el servicio público. Todas las reformas que están llevando a cabo los diferentes ministerios en nuestro país están consiguiendo sólo una cosa: POBREZA DE LA POBLACIÓN. No hay trabajo, no hay ingresos, hay repago en sanidad y justicia, la educación resta becas a los que de verdad lo precisan, no hay comedores para niños necesitados, no hay dinero para pensiones, reducen las pensiones, se echa a la gente de sus casas... se van a vivir a casas de sus padres y viven todos de una pensión esquilmada. POR FALTA DE DINERO SE ABANDONAN TRATAMIENTOS IMPORTANTES PARA EL CUIDADOS DE ENFERMOS CRÓNICOS. El que niegue esto, miente. A mí, los políticos y sus rollos me dan igual. Lo que sí que me preocupan son todas esas personas que sufren esta falta de recursos y que lo acusan en sus tratamientos médicos y en los recursos que deben dedicar para alimentarse y cuidarse... Y luego los sanitarios todo el día recomendando dieta sana seguimiento de tratamientos, autocuidado... Leemos recientemente EN LA PRENSA que la adhesión a tratamientos crónicos es baja; se barajan diversas variables... creo que se debería incluir como una de las más importantes en estos tiempos funestos la falta de recursos económicos junto a la norma del gobierno que hace pagar por tratamientos a personas con recursos reducidos... y que no digan que los que tienen pensiones menores no pagan porque mi madre en Madrid con pensión no contributiva... PAGARelacionado con esta entrada, puedes leer: NUEVAS PATOLOGÍAS SOCIALES: DESEMPLEO, DESAHUCIO y DESAMPARO