Revista Salud y Bienestar

Memoria de mi enfermera XXXII: 'Desde mi balcón'

Por Lolamontalvo

Memoria enfermera XXXII: 'Desde balcón'Foto: Escalera de sal. Autora: LolaMontalvo (c)Miro la calle desde mi balcón.Hace un día muy bonito. La primavera hace semanas que llegó y el calor ya acaricia los árboles y abre los pétalos de las flores. Los días van siendo más largos y las tardes, cálidas y suaves invitan a estar en la calle, paseando, recibiendo la caricia de la brisa...Miro la calle y se me llenan los ojos de lágrimas. Me gustaría estar abajo, sentada en ese banco de ahí, mirando a los niños comerse el bocadillo mientras sus madres les recuerdan que mastiquen bien, dando las migajas a los gorriones regordetes que picotean entre las hojas.Miro la calle...Me arrebujo lo mejor que puedo en mi silla de ruedas. El empapador de felpa me ha hecho una arruga en algún lugar y me roza la piel de los muslos. Mis torpes dedos apenas pueden estirarlo y sujetar la manta de cuadros escoceses que me han colocado sobre las rodillas. Me enjugo las lágrimas con el dorso rugoso, seco y agrietado de mi mano. Sí, me gustaría estar ahí abajo, ser aún joven y pasear hasta que la luz vespertina fuera una suave bruma dorada que perfila los edificios en el horizonte.Pasear, pasear...Llevo en esta silla seis años. Seis años hace, en los que dejé de caminar... ¡qué más da por qué! Sólo salgo cuando me pongo enferma y me tienen que llevar al hospital y me tienen que bajar de cualquier manera por la escalera. Me siento presa; me recluye mi casa, mi cuarto piso sin ascensor.Llevo seis años sin salir a la calle... mirando la vida pasar despacio desde este balcón. Envidiando las primaveras y los calurosos veranos, deseando mojarme en la lluvia de los frescos otoños... Viendo cómo me llega el fin en este invierno que nunca acaba...Seis años sin salir a la calle. Dependiendo de que me cuiden, de que me atiendan. Sé que sólo saldré cuando mis días se hayan acabado... Hasta entonces, sola, miraré la vida pasar desde este balcón.
Tengo un relato corto «TRAS LOS CRISTALES DE AQUEL BALCÓN» (en descarga gratuita) que trata el tema con más detalle.-----ooooo00000ooooo-----
Las casas pueden llegar a ser los calabozos de las personas con movilidad reducida. Sobre todo los bloques antiguos de viviendas en los que aún no hay ascensor o las casas en las que un generoso tramo de escaleras suponen un obstáculo insalvable para una persona con movilidad reducida y, más si es un anciano; en ambos casos su aislamiento social podría llegar a ser absoluto. Hay ancianos que, aún viéndose limitados en su capacidad para valerse, no desean dejar su casa, no desean o no pueden irse a una residencia geriátrica y su vivienda termina convirtiéndose en su calabozo personal de por vida. Dependen de otros para su abastecimientos más básico y para que se les ayude en las actividades más básicas. Algunos tienen hijos. Otros, no.En los pueblos, hasta ahora, las posibilidades de que a un anciano le pase esto son algo menores por la relativa solidaridad vecinal que aún está en uso. Pero en las ciudades esto sucede cada vez más, sobre todo en aquéllas viviendas antiguas que aún no tienen ascensor. A veces hemos leído en prensa o nos ha llegado por algún medio que un anciano ha parecido muerto en su casa y nadie se ha enterado y así ha estado así, sólo, durante semanas o incluso meses.Es labor de Enfermería en atención primaria el reconocer a la población conocida como Ancianos Frágiles o de Alto Riesgo, ancianos con los que hay que trabajar, aplicarles una serie de cuidados y poner en marcha todos los recursos socio-sanitarios precisos para que su situación no llegue a agravarse, se detecte este problema en cuanto suceda y su situación no suponga un aislamiento.Sí, los profesionales de la salud tenemos nuestra labor en este problema, pero también las personas de a pie tienen una labor, llamémosla, solidaria. El hacer lo posible por conocer a nuestros vecinos y prestar ayuda a los que puedan precisarla... aunque no la soliciten. sobre todo ahora, en verano, cuando muchos se van de vacaciones y las casas, los bloques y las comunidades se quedan casi vacías.Y, por ahora, nada más.
Para profundizar un poquito más en el tema:

  • «El anciano frágil. Detección, prevención e intervención en situaciones de debilidad y deterioro de su salud» Instituto de Salud Pública (2003)
  • «MITOS Y ESTEREOTIPOS SOBRE LA VEJEZ. PROPUESTA DE UNA CONCEPCIÓN REALISTA Y TOLERANTE» Carmen Carballo Vélez . Universidad de Valladolid (2009)

Volver a la Portada de Logo Paperblog