Revista Libros

Memoria del fuego

Publicado el 06 mayo 2010 por Joaquín Armada @Hipoenlacuerda

La frontera dominicana con Haití, país de negros, se llama El mal paso”.
Eduardo Galeano, “Patas arriba
No soy original. Descubrí a Eduardo Galeano cuando tenía poco más de veinte años. A los libros llegamos a través de otros libros o gracias a una recomendación apasionada. Tuve suerte y me encontré con Galeano gracias a Mayte y su edición prestada de  Las palabras andantes. En las páginas de aquel libro me encontré con su estilo inconfundible, precursor de una literatura de pedazos que tan bien se adapta a nuestra forma de acceder a la realidad. Fragmentos poéticos, idealistas, idealizados, construidos con frases cortas, certeras, sin fisuras, donde los débiles son buenos y los fuertes malvados.
Sé que el catedrático de Historia que corregirá mi examen inminente no estará de acuerdo conmigo, pero su Memoria del fuego es una de las mejores formas de acercarse a la Historia de América. Incompleta, sí; parcial, también, pero ágil, veloz, fascinante. De los tres volúmenes que la forman he seleccionado algunos fragmentos dedicados por Galeano a la historia de Haití. Son fogonazos, polaroids movidas pero enfocadas, momentos de este país reducido a pedazos. 
1794

París
El remedio del hombre es el hombre,

dicen los negros sabios, y bien lo saben los dioses. Los esclavos de Haití ya no son esclavos. Durante cinco años, la revolución francesa se había hecho la sorda. En vano protestaban Marat y Robespierre. La esclavitud continuaba en las colonias: no nacían libres ni iguales, a pesar de la Declaración de los Derechos del Hombre, los hombres que eran propiedad de otros hombres en las lejanas plantaciones de las Antillas. Al fin y al cabo, la venta de negros de Guinea era el negocio principal de los revolucionarios mercaderes de Nantes, Burdeos y Marsella; y del azúcar antillana vivían las refinerías francesas. Acosado por la insurrección negra, que encabeza Toussaint Louverture
, el gobierno de París decreta, por fin, la liquidación de la esclavitud”.
1802

Mar de las Antillas
Napoleón restablece la esclavitud

-    “¿Cuál ha sido el régimen más próspero para las colonias?
-   El anterior
-   Pues que se restablezca – decidió Napoleón.
Ningún hombre, nacido rojo, negro o blanco, puede ser propiedad de su prójimo, había dicho Toussaint Louverture
. Ahora la flota francesa trae la esclavitud a las Antillas. Más de cincuenta naves, más de veinte mil soldados, vienen desde Francia a devolver el pasado a cañonazos”.
1816

Puerto Príncipe
Pétion

Haití yace en ruinas, bloqueada por los franceses y aislada por todos los demás. Ningún país ha reconocido la independencia de los esclavos que derrotaron a Napoleón. La isla está dividida en dos. Al norte, Henri Christophe se ha proclamado emperador (…) hacen reverencias los lacayos negros de pelucas de nieve y los húsares negros pasean sus emplumados bonetes por jardines copiados de Versalles. Al sur, Alexandre Pétion preside la república. Distribuyendo tierras entre antiguos esclavos, Pétion intenta crear una nación de campesinos, muy pobres pero libres y armados, sobre las cenizas de las plantaciones arrasadas por la guerra (…) Pétion recibe a Bolívar no bien llega, el día de año nuevo. Le entrega siete naves, pólvora, víveres y dinero. Sólo pone una condición (…) exige a Bolívar la libertad de los esclavos en las tierras que va a liberar”.
1896

Puerto Príncipe
Disfraces

Según la Constitución de Haití, la república de los negros libres habla francés y profesa la religión cristiana. Se avergüenzan los doctores, porque a pesar de leyes y castigos el créole sigue siendo la lengua de casi todos los haitianos y casi todos siguen creyendo en los dioses del vudú, que vagan sueltos por bosques y cuerpos.
El gobierno exige un juramento público a los campesinos:

-   Juro destruir todos los fetiches y objetos de superstición, si los llevo conmigo o los tengo en mi casa o en mi tierra. Juro no rebajarme nunca a ninguna práctica supersticiosa”
1937

Dajabón
Procedimiento contra la amenaza negra

“En la región dominicana del azúcar, los soldados encierran a los jornaleros haitianos en los corrales, rebaños de hombres, mujeres y niños, y los liquidan allí mismo a machetazos; o los atan de pies y manos y a punta de bayoneta los arrojan a la mar”. (…) Dos semanas después, el gobierno de Haití expresa ante el gobierno de la república Dominicana su preocupación por los recientes incidentes fronterizos.
(…) Trujillo reconoce la muerte de dieciocho mil haitianos en territorio dominicano (…) se aviene a pagar al gobierno de Haití, por concepto de indemnización, veintinueve dólares por cada muerto oficialmente reconocido (…) La Casa Blanca se felicita porque se ha llegado a un acuerdo (…) Una vez pagada, en efectivo, la indemnización, los presidentes de la República Dominicana y de Haití se abrazan en la frontera”.
1969

Puerto Príncipe
Una ley condena a muerte a quien diga o escriba palabras rojas en Haití

Artículo I – Se declaran crímenes contra la seguridad del Estado las actividades comunistas bajo la forma que sea: toda profesión de fe comunista, verbal o escrita, pública o privada. Sus bienes muebles e inmuebles serán confiscados y vendidos en beneficio del Estado.
Artículo II – Serán condenados a muerte los autores y los cómplices de estos crímenes.

Dr. François Duvalier

Presidente Vitalicio de la República de Haití.

Los tres tomos de “Memoria del fuego” están editados por Siglo XXI.
19/01/10


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