"¿Es posible, es incluso decente, tomar la palabra en nombre de los desaparecidos? ¿Es lícito hablar en el silencio irremediable de tantos miles de muertos que tuvieron su tumbaen las nubes que coronan la cima del Ettersberg? ¿No sería un silencio meditativo el mejor homenaje, el único aceptable, a tantamuerte silenciosa?Todos los supervivientes, los reaparecidos, hemos conocido esa tentación de silencio: esa tentativa de borrar, o al menos de difuminar, el escándalo sobresaltado de una memoria repleta de horror mediante una cura de silencio, una paciente terapia del olvido. A veces, sin duda, contra dicha tentación, oponiéndonos a nosotros mismos, a nuestra tentativa de reconstruirnos una identidad sobre la amnesia deliberada; a veces, en determinadas circunstancias privadas o públicas, nos hemos visto asaltados por la imperiosa urgencia del testimonio. Por la brusca necesidad íntima de hablar, de volver a ejercer de testigos, de explorar nuestra memoria hasta sus más recónditos recovecos, para vaciarla, purificarla, contando en voz alta todo lo que sabemos acerca de esta experiencia de los campos nazis, de esa vivencia de la muerte.
Jorge Semprún
Escritor, intelectual y político(Madrid, 10/12/1923-París, 7/6/2011)Para saber más:DeiaEl PaísEl mundoLa VanguardiaLa Vanguardia: El ex deportado 44.90
Imagen Wikipedia, Jorge Semprún en 1970